Una crisis histórica y una encrucijada


La peor crisis económica del sistema capitalista hasta el momento no significa que sea la última. De todos modos sirve para clarificar algunas cuestiones al respecto.

La primera cuestión es que este modo y sus relaciones de producción están agotados. Ya ubicamos su deterioro en los últimos 50 años en un artículo del año 2014, eso se sigue profundizando incluso en los países como China (que se incorporó al mercado mundial a fines del siglo XX) o India y fueron los que sostuvieron cierto crecimiento en los últimos años. Desde el año 2011 hasta el año 2018 la economía mundial creció en promedio un 3.4% gracias al promedio que mantuvieron China y la India.



Segundo, que la crisis actual es producto de una carrera imposible en donde el conductor o acelera el ritmo dejando la Quantitive Easy y subiendo las tasas de interés de la FED pudiendo perder el control y provocando crisis aguda a la economía global o la frena bajándola porque vuelven los mismos temores de recesión. Esta esquizofrenia medida en los últimos años obtuvo el mismo resultado general, la economía entra en recesión, la brecha entre ricos y pobres se acrecienta y se profundiza la concentración económica. Es decir, una despampanante riqueza en pocas manos y una enorme pobreza para muchas otras.

Éramos pocos…

A por si esto fuera poco aparece el covid-19 y su pandemia. Según la OCDE las previsiones hechas en el 2019 se desplomaron.



Tercero, la deuda mundial total, o sea pública más la privada (dividida a su vez en corporativas y hogareñas) es según un artículo de Alfredo Zaiat de Pagina12 del 29 de marzo de 253.2 billones de dólares, es decir un 322% del PBI mundial que en 2019 era de 78,63 billones de dólares. El PBI Mundial en 2012 era de 71.28 billones de dólares. Es decir, se creció solo 10% desde el 2012 al 1018.

Las deudas + el coronavirus plantea un escenario de defaults a diestra y siniestra. A tal punto llega la crisis de la deuda que hasta el mismo FMI plantea que hay que condonar las deudas de los países más pobres con ese organismo y el BM.

Cuarto, en esta situación todas las otras variables se van a pique. El precio del petróleo y los commodities, el intercambio comercial en general y los salarios se hunden, mientras crece la pobreza y la gran concentración.

Perdieron la brújula

Pero lo más llamativo es cómo el conjunto de la burguesía poseedora del capital financiero más concentrado ha perdido el rumbo. Ella posee un derivado financiero (ficticio) de 600 billones de dólares según el Doctor en Economía Javier Ortega en un artículo de Pagina12 del 9 de mayo que tienen vencimientos a lo largo de los años. De todos modos esto no lo podrían cancelar ni 7 PBIs mundiales según dice allí.

Este sector es el que está detrás de Trump, Boris Johson, Bolsonaro, Macri, Lenin Moreno, Vargas Llosa y todos los etc., etc. que los siguen. En Argentina llegaron al colmo de agitar el fantasma del comunismo y amenazan con una invasión a Venezuela. Son los que no aceptan el retroceso de los EEUU como principal potencia mundial e intentar atraer un sector del movimiento de masas para crear una masa crítica que les permita pegarse bien a la derecha con un discurso macartista. Son los que quieren salvar al capitalismo con el garrote en donde se pueda o prepararse para ello allí donde aún son débiles.

Existe otro sector al cual suscriben el Papa y gobiernos progresistas y muchos economistas de peso en el mundo capitalistas e incluso, al menos en un sector, del FMI, que plantean una salida a la crisis en la cual todos pagarían la crisis, los trabajadores en primer lugar y con algo menos de ganancias en los sectores más concentrados. Son los bomberos del sistema. Digamos al pasar que este es un juego en donde la tierra se mueve y unos y otros pueden cambiar de lugar.

En este momento resurgen - con más fuerza que en la primera década de este siglo - los sectores keynesianos junto a los que proponen una mayor intervención del estado, que en última instancia es el que salva a los sectores financieros y a la gran burguesía. Este posicionamiento fortalece a China y Rusia que al nacer de las viejas burocracias y establecer fuertes estados burocráticos burgueses (ver artículo Todos los caminos conducen a Putin) terminan fortaleciendo sus argumentos.

Este debilitamiento de los imperialismos yanqui y europeo se da por razones objetivas y China junto a Rusia aprovechan la oportunidad. Esta enorme GRIETA mundial es una gran oportunidad para los que queremos sacarnos de encima el sistema capitalista y patriarcal. Y se refleja en cada país con sus particularidades.

EEUU y su régimen mundial hipercentralizado

El régimen imperialista no es el régimen que existe solo en los EEUU, es un régimen mundial, con un alto grado de centralización. En su época de auge tenía dictadores militares que los garantizaban. En varios artículos  anteriores hemos explicado esto. Hoy ese régimen pende de un hilo y de ahí su desesperada intervención política en cada país en donde no deja de hacer crecer la “grieta” entre ellos y los que no le responden directamente.

Cuanto más débil está más amenaza y más plantea su “anticomunismo”. Sus actos de prepotencia y de intimidación no muestran otra cosa que su enorme debilidad política. Es por eso solo que estamos de frente a un posible hecho que tendría enormes consecuencias en la vida de los pueblos del mundo, es decir, que esta debacle se convierta definitivamente en su completa derrota y deje de ser el “amo” del mundo.

China no tiene hoy esa capacidad de centralización, de poseer un régimen mundial capaz de producir políticas para su propio dominio. Por el momento, pero es así. Su paulatino ascenso como “influencer” mundial lo obtiene a través del comercio y de sus inversiones, pero aún no tiene esa red de multinacionales y el sistema financiero del mundo occidental.  Hay que estudiar con profundidad toda su política ya que si bien la teoría del socialismo en un solo país ha fracasado como camino para superar al capitalismo como sistema mundial, la burocracia China se planteó superar al capitalismo en su propio terreno con un gran aparato burocrático burgués. ¿Veremos una fase capitalista mundial dirigida por burócratas burgueses? Esto puede dar aires a las mentalidades pequeño burguesas en grandes capas de la dirigencia política de ese extracto social en el mundo. Pero eso no podría darse sin una derrota de la gran burguesía capitalista, sobre todo financiera, internacional. No debemos descartar esta hipótesis y sería importante que sea estudiada. Sería parecido a esa excepción que Trotsky planteó sobre la posibilidad de que direcciones pequeño burguesas se vean obligadas por la presión del imperialismo y de manera defensiva a expropiar a la burguesía en un país, aunque ahora sin necesidad de hacerlo.

Pero al margen de esa hipótesis lo importante es que entre la debacle del imperialismo yanqui y europeo y la supuesta toma del control a nivel mundial por otra potencia se va a producir un vacío en varias partes del mundo en la cual habrá enormes luchas por el control del estado y también crisis revolucionarias. Esto no lo podemos descartar incluso en el corazón mismo del imperialismo, los EEUU.

La Izquierda revolucionaria ante una encrucijada

Las fuerzas anticapitalistas y antipatriarcales a nivel mundial tienen que plantearse seriamente cual sería la mejor política en esta situación. Hay una gran cantidad de fuerzas, dispersas, inconexas, algunas con incipientes organizaciones internacionales, socialistas revolucionarias, anticapitalistas y antipatriarcales. Pero ninguna de ellas por si sola podrá elevarse a ser una dirección revolucionaria con peso a nivel internacional. Lamentablemente hay una enorme debilidad en ellas que algunos reconocen pero no alcanza con hacer eso.

El movimiento de masas ha dado enorme muestras de capacidad de lucha y movilización a lo largo del año 2019 en todo el mundo y comienza incluso a movilizarse durante esta pandemia. Esa realidad objetiva se choca contra la crisis de dirección.

La necesidad del momento obliga a buscar todos los caminos posibles para construir o reconstruir la internacional que hace falta. No cualquiera, la que hace falta. Y eso pasa a mí entender por construir un Frente Único Revolucionario a nivel internacional entre todas las fuerzas socialistas, anticapitalistas y antipatriarcales revolucionarias. Hacer los esfuerzos necesarios, al menos comenzando entre aquellas corrientes que tienen una raíz y tradición política común.

Sin masa crítica es imposible obtener una fuerza de gravedad suficiente para plantearse la idea siquiera de dirigirse a las masas trabajadoras y a todes les oprimides comenzando por la lucha de la mujer, oprimida desde hace más de 5000 años.

Aunque durante esta pandemia tengamos la necesidad de observar el distanciamiento social para no contagiarse, debería hacerse un encuentro virtual entre las direcciones de cara a la militancia y simpatizantes, en la cual se pueda discutir una política para el presente dejando de lado las diferencias políticas que se haya tenido en el pasado o hayan sido causa de una constante división. Si vamos a poner el dedo en la llaga de los errores cometidos no se va a ir a ningún lado. Las luchas hoy unen en la calle a distintas de estas corrientes es imperioso ir un paso más allá e intentar por todos los medios lograr una fuerza internacional que tercie en esta grieta mundial. Si no lo logramos cada fuerza será solo un testimonio más de una etapa de la lucha de clases y de las potenciales políticas revolucionarias que podrían haberse dado.

Fabio Marucci

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