Argentina en su Laberinto (2° parte)

 


Elecciones son elecciones

El contundente resultado del ballotage del domingo 19 de noviembre no deja lugar a dudas sobre el mensaje dado por el movimiento de masas: un repudio al gobierno de Alberto Fernández. A pesar de los esfuerzos del candidato (al mismo tiempo ministro de economía) Sergio Massa e incluso por sobre un comparativo individual entre ambos candidatos, “la gente” votó con bronca y castigó al gobierno peronista en la peor derrota electoral de su historia.

La burguesía argentina prefería un candidato diferente, más racional, pero para eso la bronca debía canalizarse por los candidatos del PRO. La experiencia del votante en general con aquel gobierno (Macri 2016-2019) no pasó al olvido y Milei representaba algo nuevo y disruptivo. Su principal consigna fue que “La Argentina no va a cambiar con los mismos de siempre”. Más sencillo no se podía decir.

Sin negar que una parte de sus electores, tal vez más de los provenientes del voto PRO que los propios, lo haya votado por su programa ultraliberal, la gran mayoría de los votantes de La Libertad Avanza (LLA) votó contra el gobierno de Fernández, pero recordando también al desastroso gobierno de Macri y no por lo que dijo Milei que va a hacer. Por esto es que el gobierno de LLA nace con los pies para adelante y aun no asomó la cabeza.

Los mismos de siempre no se fueron

Sin asumir, LLA le abrió las puertas al PRO con Macri como principal operador político. Es que LLA no tiene la estructura ni los cuadros suficientes para gobernar. Se puede afirmar que el gobierno de Milei será un gobierno de coalición entre el PRO y LLA. No tiene un gobernador propio, ni mayoría en ambas cámaras del congreso. Se viene un desfile de tránsfugas probablemente.

En el terreno político nace con una tremenda debilidad. Va a tener que usar el capital político ganado con las elecciones lo más rápido posible y el orden en el cual aplique su programa de gobierno va a ser muy importante pues un traspié táctico le puede hacer caer todo encima como a un castillo de naipes. Probablemente por eso necesite moverse con pies de plomo en medio de una crisis económica y social donde los salarios los licua la inflación. Si a eso se le suma la pérdida de puestos de trabajo y la inflación continua igual o peor, el gobierno de Milei y LLA será parte de “los mismos de siempre” más temprano que tarde.

Será sin duda uno de los gobiernos más entreguistas que habrán existido en la Argentina. Absolutamente pro EEUU e Israel. Los buitres imperialistas se frotan las manos pensando en las riquezas naturales de la Argentina. YPF, Vaca Muerta, el Litio, el Agua serán puesto a disposición de los sectores financieros y especulativos del mundo y frenarán cualquier desarrollo que pueda perfilar al país como independiente llevando al estado a su mínima expresión. El gobierno de Milei-Macri es la última instancia posible de un gobierno que EEUU considerará como SU GOBIERNO. El siguiente ya sería un estado “libre” asociado como lo es Puerto Rico, con dólar y sin moneda propia y una estrella más en la bandera yanqui. Ya han declarado que son capaces de entregar la soberanía de las Islas Malvinas por nada. Por este motivo las consignas antiimperialistas se pondrán a la orden del día.

El talón de Aquiles de LLA es su debilidad como partido político ya que carece de militantes que ganen las calles. En ese sentido, sus libertarios no son nada comparados con las bandas neofascistas de Europa de viejas y actuales épocas. Eso sí, tiene a disposición todas las fuerzas de seguridad para reprimir y eso no es un detalle menor ganando las elecciones. De allí pueden hacer un reclutamiento para hacer las bandas sumando a algunos sectores marginales. Hay que estar atentos a eso.


Las luchas que se vienen

Cuando uno habla de vanguardia se refiere a aquellas personas que están en la primera línea de una lucha. Es decir, ha tenido una experiencia de vida, luchado (pasar a la acción) por ese motivo y sacar conclusiones (nueva conciencia). En muchos casos termina organizándose en una organización que la convence de dar ese paso. Eso la consolida en su conciencia que no quiere decir que siga avanzando.

En los años 70, uno de los canalizadores más importante de la vanguardia fueron las organizaciones guerrilleras que con cantos de sirena atrajeron a miles de jóvenes a sus organizaciones alejándolas de las estructuras obreras o del territorio natural de lucha. Esa generación fue diezmada como dijo una importante dirigente política. Algunos nostálgicos de derecha de esa etapa creen que sigue siendo todo igual. Se equivocan y por mucho.

La diferencia entre aquella vanguardia de los 70 y ésta del presente es que la actual es profundamente territorial y parte de las estructuras obreras. No hay organizaciones que la alejen a un terreno extraño. Su masividad, su capacidad de movilización en las calles, en cuanto a terreno de lucha se refiere, es superior. Incluso aquella organizada por sindicatos tradicionales como la corriente federal o camioneros. El dique de contención, político, que representaba el gobierno peronista a las luchas sindicales no estará y la base obrera no tolerará las medidas del nuevo gobierno apenas se comiencen a perder puestos de trabajo o se ataque sus conquistas. La vanguardia surgida de la marea verde tampoco se quedará quieta ante cualquier embestida de los dinosaurios anti derechos, y será fundamental en la movilización masiva de la mujer. La vanguardia que defiende el medioambiente y lucha contra la barbarie de las empresas de “contaminar los ríos porque quiere” también responderá y tiene objetivos pendientes que lograr, uniéndose a la gente que sufre las consecuencias. También están las organizaciones de DDHH, las piqueteras, los jubilados, los inquilinos y otros sectores como la cultura, el deporte e incluso sectores de la pequeña burguesía -que pueden ver peligrar sus emprendimientos- se van a sumar a la lucha en defensa de sus conquistas e intereses.

Por eso, hay que mantener la cabeza fría y esperar las medidas, agazapándose para luchar en unidad y masividad. No solo la vanguardia en general que no debe separarse un centímetro de su base sino también la vanguardia representada en las organizaciones de la izquierda. Ni un paso adelante ni un paso atrás de la clase trabajadora y los sectores oprimidos, a su lado y proponiendo las mejores consignas para que su conciencia presente se convierta en más experiencia y acción para que avance. Esta unidad y masividad de las luchas debe ser en algún momento el de todas ellas juntas sabiendo que la huelga general puede ponerse a la orden del día. La unidad de acción debe ir acompañada del enfrentamiento a aquellas direcciones que traicionen o declinen en el momento de la lucha. Esto es imprescindible para el desarrollo y la superación de nuevas direcciones.

Otra cosa tan importante como lo anterior es la consulta permanente a las bases, haciendo asambleas para debatir la nueva situación. Es imprescindible que se ponga en práctica la democracia obrera. Muchos de los votos de Milei provienen de un sector de ella. Es importante escucharlos, darles espacio, que se discuta entre los compañeros, sin calificativos de ningún tipo sabiendo que serán parte de las filas en defensa de los derechos de los trabajadores. Creo que una campaña exigiendo asambleas en los lugares de trabajo sea el adecuado para preparar las luchas.


No se mide la relación de fuerzas entre las clases a través del voto circunstancial. Las clases sociales, y sobre todo la clase trabajadora, cuenta con poderosos batallones, muchos de los cuales pueden parecer dormidos pero que una vez puestos en movimiento son difíciles de detener. Sabiendo de esa potencialidad es imprescindible la lucha en unidad y la unidad de las luchas. Solo resta organizar, viendo con que se cuenta, sin divisiones y siendo preciso en la denuncia de las direcciones que pacten o entreguen la pelea.

Un régimen democrático puede retroceder a un régimen autoritario solo con una derrota contundente en las luchas que se den. Estas pueden ser parciales, pero no decisivas, como en los 90 o históricas como con el golpe del 76, que tampoco duran para siempre. Muchos ven a la tierra repetirse dando vueltas al sol, pero no se dan cuenta que el sol también se mueve y avanza en una dirección. El sol arrastra tras de sí inmensas conquistas conseguidas en años de lucha. No hay fuerza en el universo capaz de arrancárselas si hay unidad, lucha y nuevas conquistas por lograr en el horizonte.


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