La Necesidad de una Dirección Internacional Revolucionaria (Parte II): Campañas e intervención en una Situación Mundial llena de oportunidades

Mientras escribo este artículo todavía se sienten en el aire de Hamburgo el humo y el fuego de la rebelión contra la reunión del G20. Es que la contrarrevolución mundial reunida ahí es ni más ni menos que la centralización burguesa de sus políticas de hambre, explotación, guerra y miseria que esparcen en el mundo. A eso debe oponerse una centralización revolucionaria de los que en el mundo luchan por una alternativa antipatriarcal anticapitalista y ecologista. De allí la necesidad de la dirección internacional revolucionaria.

Marcha contra la reunión del G20 en Hamburgo

Pero esta dirección no debe ser una mera constitución de dirigentes que escriben documentos de análisis y programas abstractos sentados en cómodas redacciones y oficinas distantes de los centros revolucionarios más importantes. Muchas veces con razón, los activistas y militantes en el medio de una revolución elevan sus críticas a esa izquierda internacional que no comprende la realidad concreta de la lucha revolucionaria o que lee la prensa burguesa para informarse de una situación en la cual no tienen idea de cómo responder o directamente se abstienen de hacerlo o responden con políticas para otro tiempo y otra situación utilizando un mecanismo antimarxista cayendo en silogismos de tipo vulgar sin tener en cuenta que “El desarrollo político es en base al desarrollo desigual y combinado; todos los días viene algo nuevo, entonces todos los días tenemos que volver hacia atrás para hacer teoría, porque somos políticos y lo político es responder todos los días a situaciones nuevas” (Nahuel Moreno).

No hay escuela mejor y más rica de situaciones y variantes que una revolución. Allí se forman los revolucionarios y dirigentes como en ninguna otra situación. Por ese motivo, participar de una revolución es la obligación número 1 de cualquier organización trotskista internacional y mucho más si pretende construir una dirección internacional revolucionaria así como lo es en otro nivel la participación en una huelga obrera independientemente de quien la dirija. Este fue el ejemplo nuestros grandes dirigentes. Hagamos un repaso al respecto citando escuetamente algunos de ellos.

Un poco de historia

León Trotsky y la revolución española

El periódico Opción del PST argentino durante la dictadura militar argentina nos contaba acerca de las intenciones de León Trotsky de participar en la revolución española en persona en un artículo que conmemoraba el aniversario de su asesinato:
Sin embargo, nada estaba más alejado del espíritu y la actividad de Trotsky que el resignarse a hacer propaganda. Menos conocida que sus grandes líneas políticas y análisis sobre la revolución española, es su sistemática búsqueda de una intervención concreta de los trotskistas en esa revolución. Un intento que no se limitó a aconsejarles que lo hicieran. Fue mucho más allá: es conmovedora la insistencia de Trotsky en sus cartas de que le consiguieran un pasaporte para poder entrar a España y poder participar personalmente allí de la construcción del partido revolucionario al torbellino de la revolución. Un solo ejemplo, pero suficientemente ilustrativo, de que el gran dirigente revolucionario jamás pensó que el partido pudiera construirse con simple propaganda, por el contrario, que solo podía construirse interviniendo activamente, así fuera con un puñado de militantes, en el curso vivo de la movilización revolucionaria de las masas.” Opción n° 14, 1/9/1979

Nahuel Moreno y…

…la revolución Latinoamericana.


Cuando el movimiento 26 de julio toma la habana el 1 de enero de 1959 pega un salto a partir de ahí un proceso revolucionario que llevó después a una ruptura con el imperialismo y la expropiación de la burguesía. Ese fenómeno impactó a nivel mundial a toda la vanguardia pero especialmente en América Latina. Ese afán de intervención internacionalista de Palabra Obrera, el nombre con que el partido se popularizó a través de su prensa, hizo que Nahuel Moreno interviniera directamente en el proceso revolucionario campesino de Hugo Blanco en Perú en 1962, por el cual fue detenido y encarcelado. Por ese entonces el director del periódico, Angel Bengoechea, el “Vasco”, viajaba a Cuba para entrevistarse con la dirección de la revolución cubana con la intención de que apoyen el proceso campesino en Perú. El movimiento de Hugo Blanco fue derrotado y Bengoechea junto a otros cuadros recibe instrucción militar en Cuba y fue ganado para la política guerrillerista. Esto llevo a una ruptura de la dirección de Palabra Obrera (la mejor que tuvo el partido en palabras de Moreno) y a la muerte de Bengoechea, en una explosión en su departamento mientras manipulaban explosivos en Julio de 1964. 

A pesar de estas circunstancias, la enseñanza que se confirmó una vez más es que la derrota campesina de Hugo Blanco se debió a la falta de un “Partido revolucionario sólido que respaldara su acción en todo Perú…” [Palabra Obrera, año VI, 341] y en relación a la presión que ejercía la lucha armada al interior de Palabra Obrera “Moreno es detenido, y cuando sale de la cárcel se aterra porque ve que la clandestinidad que imponía la militarización arruinaría el incipiente trabajo político en el movimiento obrero” [El Morenismo y lucha armada en la etapa formativa del Partido Revolucionario de los Trabajadores (1963-1968), Vera Carnovale, 2010]. 

La década del 60 estuvo signada por la revolución cubana y la preocupación sobre cómo empalmar con un trabajo de masas para ganar a lo mejor de la vanguardia fue una preocupación constante de la corriente de Nahuel Moreno que al calor de las conclusiones más importantes fue creando los anticuerpos necesarios contra esa desviación vanguardista en la lucha por construir un partido ligado a las luchas obreras y de masas. Sin esa decisiva intervención no hubiera sido posible sacar las conclusiones necesarias para desarrollar la “vacuna” que años más tarde preservó al trotskismo de la borrachera guerrillerista que por entonces llevaba a la muerte a miles de valiosos luchadores preservando el trabajo en el movimiento obrero.

Hugo Blanco detenido en una embocada en 1963

…la revolución portuguesa.

Para 1970 la guerrilla angoleña dominaba ya gran parte de esa colonia portuguesa creando una gran crisis en el ejército portugués. Esa realidad fue una de las causas para que el 25 de abril de 1974 estallara la revolución portuguesa, llamada “de los claveles” a manos del Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA) poniendo fin a una dictadura surgida en 1926. Moreno escribe un artículo sobre Portugal en “Avanzada Socialista” y en la primera reunión del Comité Central posterior se discute en el punto internacional. Allí se decide el vuelco del compañero Aldo Casas a ese país quien viajó con su compañera e hijo. El mismo Moreno viajó algunas veces a Portugal durante el proceso revolucionario. Gracias a ese vuelco y seguimiento se elaboraron análisis y polémicas – Moreno escribió el texto “Revolución y Contrarrevolución en Portugal” -  sobre un hecho importantísimo que afectaba a uno de los “eslabones débiles” de Europa que iba a repercutir a nivel continental y además se establecieron los pilares para la construcción del partido portugués, incluida la edición de un periódico llamado “Combate Socialista”. Mientras tanto el PST argentino respondía a hechos como el Villazo, atendía a una nueva dirección clasista del movimiento obrero y sufría la muerte de varios compañeros asesinados por las AAA pero todo eso no impidió la intervención en la revolución portuguesa.


…la revolución nicaragüense.

Durante 1978 se producían en Nicaragua un proceso de huelgas y movilizaciones que creaban las condiciones para una huelga general y la caída del dictador Anastasio Somoza y el FSLN (Frente Sandinista de Liberación Nacional, guerrilla con varios años de existencia) era la única dirección con capacidad para encarar esa tarea. Un dossier de Fernando Graco del Partido Socialista de los Trabajadores (PST) de Colombia del año 2009 describe la intervención de la Fracción Internacional dirigida por Moreno en la revolución Nicaragüense. Dice dicho Dossier:

En 1979 La Fracción Bolchevique de la Cuarta Internacional, desde Colombia y en cabeza del Partido Socialista de los Trabajadores (PST), impulsó la constitución de una brigada de combatientes para apoyar al pueblo nicaragüense en su batalla por derrocar la dictadura de Anastasio Somoza. El PST que desde su fundación en 1977 combatió la estrategia guerrillera de la insurgencia colombiana, en esa ocasión se colocó abiertamente del lado de los combatientes nicaragüenses en una aplicación concreta de la concepción marxista sobre las formas de lucha

En la Conferencia de prensa convocada por el Partido Socialista de los Trabajadores de Colombia, el 13 de junio de 1979, se instó a través de los medios de difusión a conformar la Brigada Simón Bolívar, a ser integrada por hombres, mujeres, trabajadores y estudiantes colombianos de cualquier partido o ideología, que quisieran participar militarmente en la lucha del hermano pueblo de Nicaragua y el Frente Sandinista, en los momentos cruciales que estaba viviendo en su enfrentamiento contra la dictadura.

“De esta manera periodistas de todos los medios de comunicación nacionales más representantes de varias agencias internacionales hicieron llegar el llamamiento solidario del PST a miles de colombianos, convirtiendo esta noticia en la más importante del día. El llamado fue también conocido en todo el mundo, con importantes repercusiones en el sentido de alentar a grupos e individualidades a llamar a formar brigadas o incorporarse directamente a la lucha contra Somoza. Ejemplo de esta repercusión fueron las brigadas haitianas que se constituyeron en Nueva York o el ‘Sandinistas al Socialismo’ integrada por nicaragüenses y salvadoreños en la ciudad de los Ángeles (EEUU). Ambas llegaron a acuerdos con la Brigada Simón Bolívar posteriormente, aportando 150 voluntarios. También la LCR colombiana adhirió a la Brigada Simón Bolívar y envió 3 dirigentes al combate.

“Algunas organizaciones de la Cuarta Internacional rápidamente dieron respuesta a la convocatoria en sus propios países. En Costa Rica se constituyeron dos columnas de voluntarios: la Brigada Simón Bolívar y la Juan Santamaría que sumaron 190 compañeros. En Panamá el PST aportó dos militantes trotskistas a la Brigada Victoriano Lorenzo y llamó a la conformación de la Brigada Simón Bolívar reclutando 70 personas. Lo mismo ocurrió en Ecuador con un total de 30 personas. En Argentina y Brasil no se pudieron hacer llamados públicos por razones de clandestinidad pero igualmente se alistaron militantes del trotskismo. En Chile se constituyó la Columna Salvador Allende integrada por compañeros del Partido Socialista (CNR) que llegó a acuerdos con la Brigada Simón Bolívar sobre la base de dos puntos sustanciales: 1. Disciplinarse militarmente a las filas del FSLN; 2. Impulsar una política clasista independiente en Nicaragua. En otros países, como Bolivia que se encontraba en plena campaña electoral lograron reclutar compañeros. En México se alistaron 3 compañeros trotskistas.” (Tomado de un informe interno de la época).” … “Con voluntarios de varios países de América Latina llegaron a Nicaragua 110 combatientes, y en Nicaragua se sumaron otros más, contabilizando un total de 250 miembros efectivos en la Brigada Simón Bolívar”


La brigada Simón Bolívar entra en combate en el frente sur y en la costa atlántica toma el puerto de Bluefields. En el número de Opción citado antes dice:

 “A poco de entrar en combate la Brigada tuvo su bautismo de sangre en el compañero Tuto (Javier Múnera), miembro del Comité Central del PST, gravemente herido en un combate en la localidad de Sotacaballo. En el Frente Sur, poco después, fue herida Segovia (María Claudia Linares), estudiante colombiana y militante del PST (…) Pero poco después en distintos combates murieron tres brigadistas: Pedro José Ochoa Garcia (Biofilo); Mario Cruz Morales (Pijao) y Max Leoncio Sengui Casco (Roberto)”. La revolución triunfa el 19 de julio de 1979 con la toma de Managua.

Además de combatir la Brigada llevaba un programa diferente al que propugnaba el FSLN. El citado Dossier agrega:

Cuando se organizó la Brigada Simón Bolívar se definió que apoyaría militarmente al Frente Sandinista de Liberación Nacional, combatiendo bajo su disciplina para derrocar a la dictadura de Somoza, pero al mismo tiempo se dejó claro que eso no implicaba apoyo político al programa de reconstrucción del Estado burgués que levantaban los sandinistas.
En contraposición la Brigada Simón Bolívar proclamó y defendió que: La crisis por la que atraviesa Nicaragua no tendrá una salida favorable para las masas trabajadoras, campesinas y populares dentro de los marcos en que quieren mantenerla el imperialismo, la Iglesia y la burguesía opositora. La única salida para esta crisis es el derrocamiento de Somoza y la instauración de un gobierno que cumpla el siguiente programa:

-Armamento de las masas obreras, campesinas y populares y liquidación de la Guardia Nacional.
-Expropiación de todas las empresas de Somoza, sus familiares y de todos los colaboradores de la dictadura, y que sean colocadas bajo control de los trabajadores. Expropiación, bajo control de los trabajadores, de todos los monopolios imperialistas.
-Reforma agraria, expropiando a los terratenientes y entregando las tierras a los campesinos.
-Ruptura de todos los pactos políticos y militares con el imperialismo.
-Libertad de todos los presos políticos y retorno de los exiliados. Plenas libertades de prensa, organización política y sindical, reunión, manifestación y huelga.
-Disolución del parlamento y de todas las instituciones del Estado somocista.
-Elecciones libres para una Asamblea Constituyente que reorganice el país al servicio de los trabajadores, los campesinos y el pueblo. (Tomado de Revista de América, año 1 Nº 8/9 (Tercera época). Bogotá, enero, febrero de 1979.)

Mientras se combatía por derrocar a Somoza no se presentaron diferencias importantes, dado que los miembros de la Brigada Simón Bolívar estuvieron bajo la disciplina militar del Frente Sandinista, pero una vez derrocada la dictadura surgieron, inevitablemente, las diferencias políticas y programáticas. Los brigadistas, consecuentemente, impulsaron el programa que habían propuesto, teniendo en cuenta la dinámica del proceso revolucionario y la iniciativa de las masas.

En cuanto al armamento general de las masas propugnaron por el fortalecimiento de los Comités de Defensa Sandinista (CDS), comités armados que en el transcurso del enfrentamiento con la Guardia Nacional se habían constituido como organismos de autodefensa, denominados entonces Comités de Defensa Civil (CDC). Por el contrario, la política del Gobierno de Reconstrucción Nacional fue desmantelarlos y reemplazarlos por un ejército regular burgués y una policía como la de cualquier otro estado burgués.
Igualmente importante fue el papel que cumplió la Brigada en la organización de las masas en los barrios, en la distribución de víveres, medicamentos armas y construcción de refugios antiaéreos y barricadas.
Los brigadistas también impulsaron la construcción de sindicatos; en pocos días ayudaron a fundar 80 sindicatos e incentivaron la constitución de los Comités de Fábrica, que se convirtieron en una especie de organismos de poder que ejercían control político, militar y administrativo dentro de las fábricas. Con estos organismos los trabajadores destituían a los gerentes y altos ejecutivos de las empresas, pedían al gobierno nacional la expropiación sin indemnización de las empresas y su estatización bajo control de los trabajadores.
En el campo, la Brigada estimuló organismos parecidos para expropiar la tierra y distribuirla gratuitamente a los campesinos, desarrollando la tarea democrática de la reforma agraria. La Brigada impulsó este programa llamando a los sandinistas a gobernar con las organizaciones de los trabajadores y las masas, sin burgueses. Pero la presión del imperialismo y la burguesía latinoamericana para evitar que Nicaragua se convirtiera en una nueva Cuba, donde se colectivizaran los medios de producción, llevó al Gobierno de Reconstrucción Nacional a expulsar a la Brigada Simón Bolívar “por extremista”.
Para tratar de evitarlo importantes sectores de trabajadores manifestaron su simpatía por la Brigada y en una movilización por la calles de Managua, en la que participaron unas 5.000 personas, reclamaron que se otorgara a los integrantes de la Brigada la ciudadanía nicaragüense.
Los brigadistas fueron convocados a una reunión en la que fueron desarmados y posteriormente enviados a Panamá en un avión especialmente fletado, allí fueron entregados al ejército que los torturó y los envió de regreso a Colombia. En Colombia los brigadistas y el PST tuvieron que soportar la persecución del reaccionario régimen encabezado por Julio César Turbay que, equivocadamente, sospechaba de sus intenciones de organizar una nueva guerrilla en Colombia.”

Sin intervención, sin esa máxima marxista que dice que el único criterio de verdad es la práctica en la realidad, no se hubieran podido sacar conclusiones o delimitar cuestiones de principio como fue el apoyo inaudito del Secretariado Unificado de la IV Internacional (mandelista) al gobierno nicaragüense en expulsar a la brigada. Posteriormente, siempre con el objetivo de empalmar con corrientes que se aproximaran al programa trotskista para construir un equipo de dirección internacional - corrientes a las que no se exigía tener un pasado o tradición en el trotskismo - Nahuel Moreno hasta su muerte siempre intentó hacerlo en base a la intervención en el proceso revolucionario mundial.

Un principio que hay que retomar con fuerza

Luego de su muerte en 1987, el vacío teórico y político que dejó en la dirección de la LIT-CI fue determinante. Digamos que se siguió actuando pero en medio de una crisis política provocado por la caída del muro de Berlín en 1989 y las distintas conclusiones que surgieron al respecto. La LIT quedó reducida a un importante partido brasileño de vanguardia, el PSTU, y de la división del MAS argentino surgieron pequeños grupos y el MST (Movimiento Socialista de los Trabajadores) que lideró la UIT (Unidad Internacional de los Trabajadores). La LIT y la UIT enviaron cuadros militantes a Rusia para intervenir en los sindicatos independientes que surgían al calor del desbarranque estalinista. Años después la UIT hizo una campaña de apoyo a una caravana obrera de solidaridad con Bosnia y desde el MST se enviaron militantes a otros partidos de la región sudamericana. También lo hicieron otros grupos que surgieron de la LIT. Pero todo esto en un proceso de retroceso y divisiones - lo cual no deja de ser meritorio por eso mismo -. Luego en el 2005 se divide el MST y la UIT y, si bien está última sigue organizada en grupos más pequeños, la construcción de una dirección internacional revolucionaria quedó muy golpeada. El sectarismo, la autoproclamación, el oportunismo y errores políticos de los cuales nadie está exento hicieron que en vez de avanzar se retroceda. La nueva realidad mundial ha golpeado otra vez en este siglo y en vez de recomenzar a reconstruir una nueva dirección internacional revolucionaria, la preservación de cada organización en medio de esas desviaciones las fue relegando en el nacional trotskismo.

Lejos del “fin del socialismo” o “de la historia” que pregonaban los voceros del capitalismo imperialista la realidad viene confirmando que lo que fracasa es el capitalismo, realidad que desafía no solo al trotskismo sino también a otras corrientes que fueron cambiando sus concepciones luego de la caída del estalinismo. Una de ellas fue el proceso que recorrió el PKK (Partido de Trabajadores del Kurdistán) y su líder Ocalam. Hoy la revolución de Rojava muestra la presencia de brigadistas internacionales anarquistas o marxistas como lo fue en la revolución española y nicaragüense pero también la ausencia de esa audacia e intervención que el movimiento trotskista en particular debería tener. Hoy más que nunca hay que estar abierto a estos nuevos procesos revolucionarios y participar de lleno en ellos y combatir al nacional trotskismo que es un callejón sin salida que nos hace retroceder en la teoría, en la elaboración y en la formación de cuadros revolucionarios, un laberinto del cual solo se podrá salir construyendo puentes con la realidad de la revolución mundial como proceso y las nuevas direcciones que surgen de su seno con el programa de la revolución socialista internacional que el trotskismo ha sabido elaborar y modificar de acuerdo a la rica realidad mundial. [Continuará…]

Brigadistas Internacionales en la Revolución de Rojava

Brigadistas del Antifascist International Tabur

Brigadistas del MLKP (Partido Comunista Marxista Leninista de Turquía)

Brigadistas de EEUU, Austria, Inglaterra, Ucrania.

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