1020 millones de personas lo padecen

El capitalismo es hambre

Si, 1020 millones de personas en el mundo lo padecen. No es la afirmación temeraria y afiebrada de un alarmista o un revolucionario, es la realidad confirmada por un organismo que no analiza y no ve justamente la realidad desde un punto de vista marxista ni algo parecido. Lo dice la FAO, la organización de las naciones unidas para la agricultura y la alimentación.



“Este informe se presenta en un momento de grave crisis económica. Todos los países del mundo experimentan la ralentización y la recesión de sus economías. Ningún país es inmune y, como es habitual, los países más pobres —y las personas más pobres— son los que más sufren. Las estimaciones publicadas en esta edición de El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo muestran que, como resultado de la crisis económica, por primera vez desde 1970, más de 1 000 millones de personas —unos 100 millones más que el año pasado, es decir, alrededor de una sexta parte de los seres humanos— sufren hambre y subnutrición en todo el mundo” FAO, El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo 2009.




Desde que el ser humano vive en comunidades, desde la época prehistórica, la más elemental de las obligaciones era resolver la necesidad de conseguir alimentos. Estaba planteada esta necesidad permanentemente y resolverla fue lo que, junto a otros factores, permitió el progreso humano, la construcción de herramientas, un cierto dominio sobre la naturaleza, la agricultura, el desarrollo de las ciencias, en fin, el desarrollo de las fuerzas productivas. Cuando éstas encontraban un obstáculo a su desarrollo en la estructura social existente, se creaban las condiciones para que nuevas clases sociales asumieran un rol revolucionario y cambiaran toda la sociedad para que siga avanzando. Es una historia vieja como viejo es ya el sistema capitalista para resolver ésta primogénita necesidad humana.

Tampoco es la primera vez que en el capitalismo hay hambre. “Si se materializan estas proyecciones, el número de personas que padecerán hambre crónica será el más elevado desde 1970” ídem. 1970 es el primer año en que la FAO dispone de estadísticas comparables. Es decir, el hambre es un problema crónico del sistema capitalista.


Una crisis sin precedentes

Pero a lo crónico, la nueva crisis del sistema capitalista le agrega factores específicos que hacen que en este momento el sistema capitalista se haya convertido en un cáncer en metástasis. Al respecto la FAO agrega: “La crisis actual no tiene precedentes históricos. (…) En primer lugar, la crisis se solapa con la crisis alimentaria que en 2006-08 causó el aumento de los precios de los alimentos básicos hasta niveles inasequibles para millones de personas pobres. (…)En segundo lugar, la crisis está afectando a grandes partes del mundo de forma simultánea. Por lo general, las crisis económicas que afectaron a los países en desarrollo en el pasado tendieron a circunscribirse a un solo país o a unos pocos países de una región concreta. (…) En tercer lugar, al estar actualmente los países en desarrollo mucho más integrados financiera y comercialmente en la economía mundial que hace 20 años, están mucho más expuestos a las perturbaciones de los mercados internacionales” ídem.

Esto provoca según la FAO que los hogares se vea obligados a encontrar una “manera de adaptarse”, “sustituir alimentos más nutritivos por otros menos nutritivos, vender activos productivos, sacar a los niños de la escuela, renunciar a los cuidados sanitarios o a la educación o, simplemente, comer menos.” ídem. Esto de “adaptarse” al medio es algo que los humanos prehistóricos ya practicaban. Es increíble que a esta altura del partido se tenga que recurrir todavía a esas prácticas. La miseria recorre el mundo no solamente como expresión de la vida de los pobres sino como afán de la vida de los ricos.

Hablando de los precios de los alimentos la FAO distingue lo siguiente: “La caída de los precios internacionales de los alimentos en 2009 ha resultado ser una falsa esperanza. Los posibles beneficios de la disminución han quedado anulados con creces por la crisis económica mundial, que ha mermado las oportunidades de empleo y los ingresos. Es más, si bien los precios internacionales casi habían vuelto a sus niveles anteriores a la crisis a mediados de 2009, los alimentos básicos nacionales todavía cuestan normalmente un 19 % más en términos reales que hace dos años.” Ídem. ¿Es necesario aclarar donde concretan la plusvalía las corporaciones transnacionales, las multinacionales de los alimentos? Lo hacen en los estados nacionales. Las Kraft, las Cadbury, las Nestle, los Dadone, la Serenissima etc. se llevan toda la ganancia en los mercados, superexplotando a los trabajadores y vendiendo a precios increíbles y encima los estados capitalistas nos golpean con el IVA en los alimentos también. Por eso la lucha de los trabajadores contra sus patronos, como en el exemplo reciente de Kraft en Argentina, en una lucha contra el hambre, imprescindible y que la FAO no va a impulsar.

El criterio elemental del Sistema Capitalista es el de la Ganancia, algo que practica desde el Siglo XV por lo menos. El fondo, el contenido del sistema capitalista ha sido ese, más allá de las formas que adoptó por ejemplo en la colonización de América trayendo la esclavitud o por ejemplo la barbarie de los monopolios nazistas del siglo XX, o los reservorios feudales que hayan quedado. El modo de producción es ese incluso en países que por su forma de gobierno nos recuerden al feudalismo. Y tuvo varias reformas en su vida, la mercantil de los primeros siglos dejó paso a la industrial del siglo XIX y luego a la financiera monopólica o imperialista que seguimos viviendo. Y ya no hay más reformas posibles. O terminamos con el sistema capitalista o éste termina con todo el género humano.

Un nuevo proceso de concentración

La crisis también son oportunidades para los grandes capitalistas que salen en medio del torbellino a comerse a los peces más pequeños y no tanto. Según el analista Jorge Castro “La ola de fusiones y adquisiciones que experimenta EE.UU. revela un cambio tecnológico y organizativo fundamental: el despliegue de una nueva era de innovación, realizada a través de la "industria de sistemas" de alta tecnología (…) A la cabeza del sector, Cisco Systems compró seis empresas de alta tecnología el último año por más de 30.000 millones de dólares.” Clarin, 18/10/2009 Este analista burgués señala que “Esta red global es una nueva división internacional del trabajo que se desarrolla en una ambiente de alta tecnología; y su centro de gravedad está en EE.UU” ídem anterior. También Oracle compra Sun Microsystems e IBM se fusiona con Yahoo. En el área tecnológica esta lista es interminable. Para más datos ver
http://www.computing.es/Negocios/200910210023/Las-operaciones-de-compras-y-fusiones-alcanzan-su-punto-algido-en-este-ultimo-trimestre.aspx

Esto se está dando en todos los terrenos. En la industria farmacéutica la compañía irlandesa Warner Chilcott compra Procter & Gamble (P&G), la japonesa Dainippon Sumitomo Pharma se hacía con su rival Sepracor por unos 1.800 millones de euros. Abbott Laboratories informó que pagaría US$6.600 millones por la unidad farmacéutica de Solvay. Novartis compraría la inglesa AstraZeneca, etc. etc. etc. Lo mismo se da a nivel de los bancos y en particular muchos analistas indican que los grandes 4 bancos de china lideraran la compra y/o fusiones en el mercado. Y en España se están ofreciendo los activos de varias “cajas” a los bancos privados para hacerse de dinero fresco. Y no olvidemos que en la agenda de la Kraft esta Cadbury. Estamos frente a un nuevo proceso de monopolización que en el presente puede provocar el alza de los títulos o bonos de los implicados en las bolsas del mundo pero que no hacen otra cosa que volver a incubar otra bomba financiera cuando la tasa de ganancia inicial abra paso más temprano que tarde a otro ciclo de la crisis del sistema capitalista más violenta que la del año pasado.

Socialismo o barbarie

La otra cara de la moneda de la concentración es la quiebra de empresas y la pérdida de las fuentes de trabajo. La FAO al respecto dice en el mismo informe que “La declaración conjunta de L’Aquila sobre la seguridad alimentaria mundial («Iniciativa de L’Aquila sobre seguridad alimentaria») aprobada en la cumbre del G8 por gobiernos, organismos e instituciones, constituye un testimonio del compromiso renovado de la comunidad internacional.” Es una hipocresía completa, claro que esto la FAO no lo va admitir. Y continuación advierte “Sin embargo, existe el riesgo de que la preocupación por el estancamiento de las economías de los países desarrollados y las quiebras de empresas como consecuencia de la crisis económica y financiera desvíe recursos para atender la difícil situación de los países más pobres. Y, sin embargo, los alimentos, la necesidad humana más básica, han dejado de ser asequibles”. Eso ya pasó en plena crisis cuando se destinaron centenares de miles de millones de dólares para salvar a los bancos de la bancarrota, en momentos en que la FAO pedía solo unos 12 mil millones para corregir el hambre en el mundo. Y sin embargo no los consiguió.

Como una de las enseñanzas la FAO sostiene “El planteamiento seguido hasta la fecha no es suficiente. Para salir del hambre, la gente necesitará tener un acceso seguro a insumos modernos y otros recursos, una buena infraestructura rural y una mejor gobernanza en los planos internacional, nacional y local. Se necesitan instituciones eficaces, basadas en los principios del derecho a una alimentación adecuada, que aboguen a favor de la transparencia y la rendición de cuentas, la autonomización de los pobres y su participación en las decisiones que les afectan.” [Subrayado mío]. Es cierto. Hasta ahora no se ha resuelto nada porque no alcanza con el programa mundial de alimentos o los mismos avances que se han hecho en el terreno de la agricultura. Tampoco se puede esperar una mejor “gobernanza” (sic) en los planos internacional, nacional y local mientras estemos bajo este sistema. Y mucho menos contar con “instituciones eficaces” que permitan la “participación” de los trabajadores y el pueblo “en las decisiones que les afecten”. Hoy tenemos planteada la misma necesidad que los humanos prehistóricos y nuestra subsistencia como especie depende de si somos capaces o no de resolverla. Para eso tendremos que provocar un cambio revolucionario en la estructura y superestructura social. Un cambio que solo puede venir de una revolución socialista a nivel nacional e internacional. Por esto hoy es más que nunca “Socialismo o Barbarie”.

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