Argentina: Elecciones y el espejo del mundo donde se mira.
Las elecciones generales de Argentina de este año si bien constituyó una
derrota del gobierno, no fue todo lo catastrófica que avizoraba las primarias
del 12 de setiembre. En ese marco, los resultados del Frente de Izquierda y los
Trabajadores – Unidad (FITU) fueron extraordinarios.
Pudo retener y aumentar el porcentaje de Jujuy poniendo al obrero Alejandro
Vilca como Diputado Nacional y luego de 18 años obtener una diputada nacional
por la ciudad de Buenos Aires con un casi 8% que sumados al 3% de Luis Zamora
significan un 11% de preferencias de la Ciudad de Buenos Aires para la
izquierda, distrito donde surge con fuerza electoral la extrema derecha
liberticida de Milei con un 17% pero que carece por el momento con una
estructura partidaria relevante.
En la provincia de Buenos Aires obtiene 2 Diputados Nacionales, 2 diputados
provinciales y una decena de concejales, algo inédito en esta provincia, dado
que hay que obtener un porcentaje de casi el 10% para lograrlo en un distrito
de gran concentración obrera y dominado por años por los “varones” del conurbano
peronista.
La larga sombra del 2001.
Muchas veces en otros escritos señalé cuan importante fue la semi insurrección
espontanea de diciembre del 2001 en Argentina como parte de un proceso desigual
y combinado que se estaba dando en toda la región y otras partes del mundo, del
movimiento de masas en lucha contra las políticas neoliberistas del
imperialismo yanqui y europeo.
El 19 y 20 de diciembre cayo un régimen que hoy es historia, el régimen bipartidista
del régimen internacional de los EE.UU., de su imperialismo. El vacío de dirección
de las masas movilizadas era enorme. La consigna era “Que se vayan todos”. Formalmente
parece que no cambió nada pues la dirección del movimiento de masas en la etapa
que se abrió provino de los partidos argentinos que eran parte de ese régimen.
Pero decir eso es negar el tremendo golpe que las luchas infligieron en ese régimen.
Los partidos del régimen se vieron sacudidos y se desmoronaron. El marxismo
necesita profundizar en los hechos de la lucha de clases.
De los restos surgieron dos movimientos, uno que se acompasó a la inercia
que las luchas del pueblo que en Argentina y en la región luchaban contra las políticas
del imperialismo. Antes que Argentina, surgió el chavismo en Venezuela, luego
Evo en Bolivia, Correa en Ecuador, incluimos a Lula en Brasil con sus diferencias,
el FA en Uruguay y el efímero Lugo en Paraguay. El vacío de dirección que desembocó
en el 2001 había terminado.
Por otro lado, el imperialismo que impuso el régimen internacional mas
centralista de la historia de la humanidad levantó por las axilas a los que seguían
siendo sus lacayos - y a otros tal vez con un carpetazo para que les sigan
siendo sirvientes – y así sigan bajo su centralización y pudieran luchar a su
nombre en los distintos países.
Esto fue así porque en cada país, los anteriormente nombrados, NO ERAN SUS
GOBIERNOS. Para EE. UU., antes del 2001, le era igual quien gobernaba porque
tenia un control total del régimen. En cambio, estos gobiernos, posibilistas
capitalistas con todo su centrismo y claudicación no lo son. Incluso algunos
de ellos pasaron a ser herramientas de direcciones como el castrismo.
Como todo proceso histórico, desigual y combinado, la primera “potencia”, la
de la movilización revolucionaria, era la que le disputaba al imperialismo
su hegemonía. Todavía no estaba madura económicamente, pero en eso estaba preparándose,
la emergente economía china.
En la historia argentina, existieron momentos de crisis y surgimiento de
nuevas direcciones políticas cuando el imperialismo dominante en el país comenzaba
a resquebrajarse. Pasó con el declive de Inglaterra y el ascenso de los EE.UU.
durante la segunda guerra mundial y surgió el peronismo. Lo planteó la primera
guerra mundial, pero Inglaterra surgió triunfante y gracias a sus colonias pudo
sortear los costos y EE.UU. no tenia aun un dominio superior en el país. Antes,
durante el surgimiento del imperialismo como etapa superior del capitalismo
hubo una crisis que explotó en la revolución de 1890 pero la potencia hegemónica,
el imperialismo inglés, siguió dominando. Se podría plantear lo mismo durante
la guerra de la independencia cuya revolución política surgió desde los propios
intereses que había en la colonia. Allí como ahora había un fuerte sector que favorecía
los intereses del imperio británico para favorecer los suyos propios. Los
patriotas que querían la verdadera independencia no prevalecieron.
Cuando la crisis económica mundial del 2008 golpeó a toda la economía mundial,
el imperialismo en vez de llorarla aprovechó la oportunidad para pasar a la
ofensiva. Desde entonces se desató una guerra en todos los terrenos menos el
militar (por ahora) en la región. Se vio con claridad en el terreno de los
medios de comunicación (periodismo de guerra) y en la justicia (¿cuántas
carpetas habrá habido ahí?) y entre las organizaciones políticas de uno y otro
lado de la “grieta”. Las redes sociales fueron otro terreno donde la guerra se
expandió provocando odio al “enemigo”.
No comprender esta situación internacional que surgió hizo que sectores de
izquierda cometieran errores ante ciertas crisis, como la del campo en Argentina.
No por apoyar a los pequeños productores que era correcto sino en no ser
estrictos en la diferenciación y no exposición con sectores que eran más que
gusanos de Florida en las pampas argentinas. Las direcciones revolucionarias deberían
enseñar reconociendo sus errores a los nuevos cuadros revolucionarios.
Alguno que haya leído hasta acá se preguntará entonces ¿Había que apoyar a esos
gobiernos por no ser los gobiernos de su majestad el imperialismo? Por supuesto
que no y hay un ejemplo en donde la izquierda trotskista lo hizo bien y fue durante
el segundo gobierno de Perón (1951-1955) en donde luchó contra el golpe gorila,
pero sin darle apoyo político al gobierno peronista, a diferencia del PC estalinista
que se abrazó a la Unión Democrática y la Iglesia para derrocar aquel régimen.
Habría que releer esos volantes para aprender de ellos.
Que hoy no haya un ejército como en otras épocas capaz de llevar adelante un
golpe de estado – gracias a la tremenda lucha por la democracia del movimiento
de masas - no quiere decir que la oposición ligada al imperialismo si hubiera podido
ya lo hubiera hecho. Mantener “su patrio trasero” es de vida o muerte para EE.UU.
en su disputa con China.
Hoy, por supuesto, hay enormes diferencias con respecto otros momentos de
crisis de hegemonía imperialista como la que dio paso a la hegemonía de los EE.UU.
Fue la misma crisis del capitalismo y la lucha de masas la que derribó un régimen
hiper-centralista del imperialismo yanqui y no una guerra mundial. Esa misma
crisis siguió acentuándose en el 2008 y luego con la primavera árabe y los
indignados en Europa. Y mas o menos desde el 2014, con el surgimiento de China
como potencia que disputa la hegemonía mundial de los EE.UU.
El imperialismo yanqui en su peor momento
Y esa crisis golpeó al corazón del imperio. Por abajo y por arriba. Por
abajo por las tremendas movilizaciones por la violencia racista policial y la
lucha por un salario digno que provocó grietas entre los partidos tradicionales
con el surgimiento de Trump y también al interior mismo del Partido Demócrata con
el advenimiento de sectores socialistas a su interior y un gran desarrollo de
la discusión sobre el socialismo en una vanguardia que crece día a día.
El surgimiento de sectores nazis, neo fascistas o libertarios como se dice
ahora es parte de la brutal crisis del sistema capitalista imperialista. Esos
sectores siempre existieron en la sociedad y al interno de las organizaciones políticas
de derecha, pero no tenían necesidad de exponerse mientras su régimen ni la
principal potencia no estuviera en peligro y nada ni nadie hiciera peligrar sus
privilegios. ¡¡La diferencia es que ahora deben salir a la luz y exponerse
porque más miedo tienen de perderlos!! Y no porque exista una U.R.S.S u otro
estado que le disputa el mundo, es su propio mundo el que se cae a pedazos.
Su enemigo no es un agente externo es el propio movimiento de masas en
lucha a su interior el que pone en discusión todo el sistema. Por esto su lucha
por sobrevivir se resume en su consigna “Libertad o Comunismo” que, aunque no
exista en el mundo es lo que más temen venir. Es decir, es en el terreno del
movimiento de masas donde deben competir engañando para que los sigan y lo
logran, por su poderío mediático y económico, con un sector.
Una crisis que resolver interviniendo
En todos estos años desde el 2001 hubo y hay sin resolver una constante, la
crisis de dirección revolucionaria mundial. Esto fue clave para que haya idas y
vueltas en las distintas situaciones nacionales e internacional. Hoy, por
ejemplo, no entender los profundos alcances de la actual situación revolucionaria
mundial evita que esa dirección pueda surgir con más fuerza y extensión. Un
ejemplo es no tener política con nuevos fenómenos como el que surgió en Siria con
la revolución de Rojava. Ese no solo NO es un gobierno del imperialismo, sino
que objetivamente va contra el sistema capitalista y patriarcal y todos los regímenes
fundamentalistas y religiosos de medio oriente. Aunque podamos no ser
partidarios de su salida y alguno piense que tal vez (para algunos esta abstracción
es mas importante que la situación objetiva) vaya a fracasar debemos tener una política
para una revolución democrática en donde por lo menos existe un gobierno de
tipo obrero y campesino.
En los últimos años China se convirtió en el principal problema del
imperialismo yanqui y su hegemonía mundial. El escenario mundial se enriqueció
con muchos nuevos factores (lucha contra el racismo en el corazón del imperio,
surgimiento de núcleos de extrema derecha, la lucha medio ambiental, la lucha de
la mujer y los pueblos originarios, la pandemia, etc) pero la pelea por la hegemonía
mundial sigue siendo la que ordena al resto.
En ese sentido creo que es importante tener en cuenta lo siguiente. Hoy por
hoy China no tiene aún un régimen mundial centralizado y no sabemos aun como se
lo propone hacer y si quiere hacerlo. Pero hay algo que es seguro, en la medida
que la influencia del imperialismo yanqui se debilite más y más en Argentina y
la región, más se van a liberar las fuerzas de la movilización revolucionaria del
movimiento de masas y más probable es que surja y se sintetice una nueva dirección
revolucionaria que podría comenzar a resolver su crisis. Aún estamos lejos de eso,
pero creo que esta hipótesis es la más probable. Por lo tanto, estamos mucho
más desafiados que antes frente a dos peligros, el sectarismo y el oportunismo.
Aunque ambos sean dos caras de la misma moneda mucho menos margen de error
tenemos ante los desafíos del presente. Podemos por un lado quedarnos en
nuestra zona de confort inmaculada del trotskimo declamativo y puro y no ser un
factor de nada en la realidad o tratar de pisar el barro de la realidad que
puede más que antes hacer que caigas lejos de tu programa. No creo que haya
otra que salir a caminar por ese barro de la lucha de clases y la situación mundial
prestando mucha atencion ante cada paso, pero siendo audaces al mismo tiempo.
El virus del FMI y las bacterias internas.
La pandemia sumó un nuevo problema a la economía mundial capitalista, pero,
vacuna mediante, esta puede restablecer sus pobres valores pre-pandemia en un
par de años. En cambio, el FMI es un virus que va a postrar la economía
argentina por décadas y sus consecuencias serán también catastróficas.
Ante esta situación la única salida es hacer un preciso diagnostico (investigación)
y suspender todo pago (lo cual seria solo para remediar los síntomas) y llevar
adelante una lucha internacional contra el sistema financiero internacional
incluido las entidades crediticias como el FMI. Desde ya nadie debería angustiarse
por eso sino quiere ser parte de los “angustiados patriotas” del macrismo. No
hay que descartar que ante una falta de acuerdo se postergue 90 días más un
vencimiento x o incluso se repita un “default” pero esta vez con el FMI. Esto es
muy improbable, pero no lo descartaría ya que la situación mundial da para
imprevistos. Impulsar la movilización por el no pago de la deuda externa es una
de las políticas centrales del momento.
La gran elección del FITU en las ultimas elecciones va a favorecer aun más esta
lucha contra el imperialismo, pero también las luchas de toda la clase
trabajadora y los sectores oprimidos de la Argentina. En ese sentido es importante
identificar las bacterias que provocan la hemorragia interna del país y los
explotados. Su sector más privilegiado son los sectores exportadores de
materias primas asociado al capital financiero, de los negocios inmobiliarios y
los grandes pooles que desarrollan los agrotóxicos. Son los mismos sectores,
junto a sus aliados mediáticos y de la justicia, que trabajan con el
imperialismo para intentar imponer SU gobierno como lo hicieron en el 2015. En este marco una gran consigna es la nacionalización
del comercio exterior por lo que representa para la independencia del país y da
en la línea de flotación de esos sectores.
Otra importante cuestión que se va a ver favorecida por el resultado
electoral del FITU es acabar con los parásitos de la clase obrera, la
burocracia sindical. El FITU se tiene que convertir en una sola inteligencia,
con la riqueza interna de matices y diferencias, para impulsar el surgimiento
de nuevas direcciones que puedan derrocar a la parasitaria burocracia sindical.
Por ultimo y no menos importante, el FITU debe ser extendido a nivel
mundial intentando conformar una comisión internacional para intervenir como un
solo puño en otros países y continentes. Elevar la discusión sin fraccionalismo
y sin sectarismo poniéndose a disposición de los procesos revolucionarios y las
luchas más importantes de la clase trabajadora y los pueblos y sectores oprimidos
en todo el mundo. Este es el camino para ir superando la crisis de dirección revolucionaria.
Un verdadero frente único revolucionario internacional que se plantee la titánica tarea de
resolver la crisis de dirección revolucionaria.
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