Tesis sobre la situación mundial (2018)


Prologo Tesis Mundiales 2018
Desde que escribí las tesis en febrero de 2015 se han sucedido nuevos hechos en la lucha de clases y experiencias políticas importantes que merecen una revisión, correcciones y explicaciones a dicho texto.
Se han dado hechos de la lucha de clases que reafirman el carácter de la situación mundial de conjunto pero también cambios superestructurales que pueden impresionar a algunos analistas de izquierda como la llegada al gobierno de formaciones de derecha en algunos países de Sudamérica o la de Trump en los EEUU. También un hecho muy importante fue la traición de Syriza al formidable pueblo griego que voto en contra de los planes de austeridad en un referéndum. Otro hecho importante es que la revolución kurda de Rojava se extendió a otros pueblos no kurdos en el norte de Siria lo que desespera al régimen de Erdogan en Turquía que contra-atacó invadiendo Siria y tomando el cantón de Afrin.
Todos estos hechos reafirman la necesidad de actualizar y de corregir aquel texto agregando alguna explicación necesaria. Lo fundamental no ha cambiado mucho pero se han hecho algunos cambios. En las ciencias sociales la teoría viene después de los hechos. A este respecto decía Nahuel Moreno “El desarrollo político es en base al desarrollo desigual y combinado; todos los días viene algo nuevo, entonces todos los días tenemos que volver hacia atrás para hacer teoría, porque somos políticos y lo político es responder todos los días a situaciones nuevas”. Como siempre está abierto al debate y a los aportes de quien quiera hacerlo ya que lo mejor siempre es la resultante de una elaboración colectiva de los militantes revolucionarios.
Fabio Marucci

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(Borrador 2018 abierto a los aportes y debates)


I)         El Sistema Mundial Capitalista nos lleva a la Barbarie.
II)        Los ricos son cada día más ricos y los pobres se hunden cada vez más en la miseria y la pobreza.
III)      Una crisis con nuevos actores: los Estados Burocráticos Burgueses.
IV)      La caída del Estalinismo: un triunfo con sabor a largo plazo.
V)        El imperialismo cada día más debilitado.
VI)      Una Situación Revolucionaria Mundial inédita.
VII)     Nuevas Direcciones encabezan una rebelión mundial.
VIII)   Los que tienen miedo a perder sus privilegios: las viejas direcciones traidoras políticas y sindicales.
IX)      La tarea del momento: Unir la inmensa masa de luchadores y revolucionarios del mundo.
a)           La crisis de la humanidad es la crisis de su dirección revolucionaria.
b)           La lucha de la clase obrera mundial es una sola.
c)           El eje de construir una dirección revolucionaria mundial.
X)        El Socialismo Mundial: Un programa vigente y actualizado para la movilización permanente para acabar con el sistema capitalista y patriarcal.

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Tesis I) El Sistema Mundial Capitalista nos lleva a la Barbarie

Cuando se habla de barbarie la gente piensa en una horda de hombres que saquean un país, pasan a degüello a su población, violan sus mujeres y queman todo. Sí, eso es barbarie y lo vimos en el pasado reciente y en el presente, por ejemplo en el nazismo y su holocausto, en la limpieza étnica llevada por Israel contra la población palestina para colonizar ese territorio o la llevada a cabo en la ex Yugoslavia para su desmembración o en varias guerras civiles en África, o la que el ISIS desarrolló y aun intenta hacerlo en Siria e Irak. Pero el concepto es más amplio. También barbarie es el vivan más de 800 millones de personas con hambre, que millones no puedan acceder a agua potable, que se muera por enfermedades curables o no se destinen medicamentos a determinado lugar del mundo porque “no hacemos medicamentos para indios” como reconoció la Bayer. Barbarie es el trabajo infantil esclavo o la desnutrición, es la trata o el secuestro y desaparición de personas como ocurre a diario en México y otros países, barbarie es el narcotráfico y tráfico de armas. Barbarie es la existencia de la xenofobia y el racismo en pleno siglo XXI. También es barbarie la superexplotación permanente de los sectores más vulnerables para enriquecer un pequeño puñado de familias en el mundo. Es decir, barbarie es todo aquello a lo que conduce la lógica del sistema capitalista: una inmensa sed de ganancias, un inmenso crecimiento de la riqueza que produce el ser humano para beneficio de unos pocos.

También barbarie es lo que realiza el sistema capitalista en nombre de la sacrosanta ganancia explotando a la naturaleza. Jamás en la historia humana se ha visto semejante expoliación y extractivismo de los recursos naturales poniendo en riesgo la vida misma sobre la tierra. Por este sistema se envenenan las aguas, se contaminan la tierra y el aire, se sigue consumiendo energía no renovable de origen fósil provocando el crecimiento de los niveles de monóxido y dióxido de carbono que aumentan la temperatura de la tierra año a año. Los avances tecnológicos no solo se pusieron al servicio del aumento de la producción, la explotación y la alienación del ser humano sino también en la destrucción de la naturaleza. El Fracking es el último grito de la moda para extraer gas y petróleo. Este nuevo sistema es altamente contaminante y capaz de producir terremotos en lugares con fallas geológicas previas o predispuestas a movimientos telúricos. El monopolio de la producción y comercio de granos con Monsanto a la cabeza, han dejado un tendal de muertos por cáncer y otras enfermedades también en nombre del mayor “rinde” y la ganancia produciendo ya sean fertilizantes o pesticidas muy dañinos para la salud como el glifosato o por la producción de alimentos genéticamente modificados. Esto a su vez provoca que amplios bosques sean desmontados para producir lo que dé más ganancia en determinado momento como es el caso de la soja, arrasando con verdaderos pulmones de la tierra y a la población originaria que en ella viva. Todos estos avances también fueron puestos al servicio de la industria militar que lleva el horror de las guerras allí donde la sed de ganancias abre paso a la sed de sangre para garantizar la continuidad del modo de producción capitalista imperialista mundial. Es que este sistema no podría sobrevivir de otro modo. En fin, casi todo lo que se produce lleva esta marca de nacimiento, la del modo de producción y las relaciones de producción capitalistas, un sistema al servicio de solo casi el 1% de la población del planeta.

El sistema capitalista en su camino no aprende tampoco que es un sistema decadente que choca con su desenfrenada vocación de ganancia. En los últimos 50 años, solo visto desde el punto de vista económico, su debacle es cada vez más acentuada. Su razón de ser, la ganancia, es cada vez globalmente menor y necesita super-explotar cada vez más. Vive una crisis crónica desde finales de los años 60, salpicada por distintas crisis que ha superado siempre gracias a más explotación y miseria de la clase trabajadora o desposeída. Esas crisis fueron siendo descargadas sobre las espaldas de los países periféricos que entraban en crisis por el alza o la baja de los precios del petróleo o por el endeudamiento externo o una corrida de capitales. Pero a medida que pasaban esas crisis los países imperialistas más importantes comenzaron a aumentar la explotación de las clases trabajadoras de sus propios países que comenzaron a vivir la desocupación y los bajos salarios a la que ya estaban habituadas las poblaciones del llamado tercer mundo. Esto deja perfectamente claro el carácter mundial de la economía capitalista. Tan es así que los países llamados del “socialismo real” también sucumbieron ante la crisis y la política llevada a cabo por el imperialismo porque era inevitable que la utópica y reaccionaria teoría del “socialismo en un solo país” cayera en un callejón sin salida. En realidad dicha teoría estaba solo al servicio de una burocracia totalitaria que puso fin a la primera experiencia de países sin las relaciones de producción capitalista y sin una clase burguesa dominante.

Sin enemigos a la vista y con la burocracia de la República Popular de China habiendo liquidado también su “socialismo real” vía el aplastamiento contrarrevolucionario, el sistema económico mundial capitalista se fue a la carga de nuevos mercados, provocando más guerras, miseria y hambre en el mundo en donde una tercera, o mayor, parte de la población vivía solo con un plato de arroz. Era la etapa del “fin de la historia”, de la negra etapa neoliberalista donde el sistema dio rienda suelta para poner fin a todas las conquistas obreras que hubiera en el mundo incluso cerrando el ciclo del “estado del bienestar” en la vieja Europa.

Pero el sistema capitalista siguió sin aprender y se vio sacudido a nivel planetario en el año 2008/2009 cuando toda una burbuja inmobiliaria se vino abajo en el corazón del imperio, en los EEUU. No fue una crisis más, fue la constatación de que la crisis es global, sistémica y que no escapa nadie en el planeta a su alcance. Lo que indican estos 50 años de crisis crónica es la confirmación que el sistema económico, social y político capitalista se agota, llega a su fin. Esto no significa que pueda ser superado por otro sistema mejor, pero si no es superado, sumergirá a la humanidad a la barbarie completa.

La existencia de las fronteras nacionales es uno de los factores por el cual el sistema capitalista puede subsistir y dominar las economías al servicio de unos pocos, no solo en el sentido de que un país domina a otros sino porque es la garantía para que las multinacionales puedan penetrar sin resistencia en distintos mercados. Esas multinacionales, industriales, comerciales o financieras, son las que definen al fin de cuentas el grado de penetración imperialista de un determinado país. Así, un país como la Argentina que tiene algunas empresas multinacionales como Techint es un país completamente dependiente del capital financiero y comercial de distintas potencias. EEUU es claramente un país imperialista y China con su capital comercial y financiero también lo es. Nunca como ahora se ha vista tanta concentración monopólica, tan exacerbado imperialismo, en el sentido leninista de la palabra. La existencia de las fronteras nacionales es una necesidad del capital, no de la sociedad humana. Sin las fronteras nacionales, sin los estados-nación, las distintas riquezas naturales y la producción económica estarían al servicio de un desarrollo sustentable de la humanidad. Sin fronteras nacionales el desarrollo tecnológico y humano se multiplicaría enormemente, se podría acabar con el hambre, la miseria, las guerras y frenar la destrucción de la naturaleza. Pero claro, para esto hay que acabar con el imperialismo y con sus socios nacionales, las burguesías y oligarquías locales ya que bajo su dirección cualquier tipo de “Unión” o “Federación” o “Confederación” que incluya varios países estarán al servicio de los capitales más poderosos como es el caso de la Unión Europea hecha a la medida básicamente de Alemania y Francia.

La crisis del 2008/2009 no fue ni será la última, los datos de las mismas instituciones capitalistas demuestran que el crecimiento fue decreciendo desde hace 50 años. Pero al mismo tiempo es inconcebible que con tanta producción, con un PBI mundial de 75-80 billones de dólares al año –que solo es el redito que les queda a los estados nacionales sin contar las ganancias netas de los capitalistas -, el capitalismo no pueda resolver las necesidades básicas de la humanidad y encima poner en jaque a la naturaleza que reacciona con climas más severos, terremotos, sequías, etc. La salida capitalista a la última crisis fue salvar al sistema financiero y los bancos, su lógica lo llevaba a ello inevitablemente, pero es el germen de una crisis aún mayor que puede estallar más temprano que tarde.

Las crisis económicas que se sucedan serán cada vez peores y más agudas. Si no eliminamos las fronteras y ponemos la economía, la logística y la producción mundial toda al servicio de un desarrollo humano con igualdad de género y en equilibrio con la naturaleza y el medio ambiente, en fin, si no edificamos esa sociedad socialista, que será mundial o no será, no podremos resolver problemas no resueltos que arrastra este sistema, ni la opresión, ni la explotación, ni los problemas democráticos de todo tipo, ni podremos detener la barbarie a la que nos lleva. Y cualquier conquista parcial que se pueda lograr siempre estará en peligro mientras exista una potencia imperialista o las cenizas de un estado capitalista.
Tesis II)      Los ricos son cada día más ricos y los pobres se hunden cada vez más en la miseria y la pobreza

Una organización internacional llamada Oxfam que investiga sobre la pobreza en el mundo y trata de “influir en la gente más poderosa” para que los pobres puedan mejorar sus propias vidas, que no puede bajo ningún concepto ser tildada de izquierda o revolucionaria, prepara un informe anual antes el Foro Económico Mundial de Davos. En su último informe de 2018 señala que “El 1% más rico de la población mundial acaparó el 82% de la riqueza generada el año pasado, mientras que la mitad más pobre no se benefició en absoluto”. En 2015, ese 1% todavía no superaba el 50% de la riqueza generada en 2014 y preveía que “el próximo año [por el 2015] la riqueza del 1% más rico de la población del planeta superará la del 99% restante a menos que se revierta la actual tendencia de desigualdad y concentración de riqueza.” Dicho informe del 2015 precisaba que “Al día de hoy, una de cada nueve personas carece de alimentos suficientes para comer y más de mil millones de personas aún viven con menos de 1,25 dólares al día.”. Es decir, mientras 74 millones de personas (1%) concentraba la mitad de la riqueza mundial, dentro del otro 99% (7300 millones de personas), 800 millones pasaban hambre y más de 1000 millones vivían con menos de 1 Euro por día en 2015. ¡Y este año ya concentran el 82% de la riqueza!

En America Latina y el Cariba el informe de Oxfam 2018 señala que “En esta región el 10% más rico de la población concentra el 68% de la riqueza total, mientras el 50% más pobre solo accede al 3.5% de la riqueza total. La riqueza de los milmillonarios latinoamericanos creció en 155 mil millones de dólares el último año, dicha cantidad de riqueza sería suficiente para acabar casi 2 veces con toda la pobreza monetaria por un año en la región. En América Latina y el Caribe, el 16% de los trabajadores asalariados y el 28% de los trabajadores por cuenta propia se encuentran en situación de pobreza.

En EEUU, 50 millones de personas, 15% de la población, está en un plan de cupones de alimentos. El 5% más rico de los EEUU posee el 63% de la riqueza mientras el 50% más pobre posee solo el 1%. En África países como Sudán, Etiopía, Malí el hambre arrasa e inmoviliza a millones de personas que no tienen agua ni tierras cultivables. Los que pueden movilizarse emigran de esa situación empujando a otros con más suerte a emigrar a otros continentes. La emigración es causa del sistema capitalista en primer lugar, pues es la causante del hambre y también de la guerra que obliga a la gente a escapar para sobrevivir, llenando densos y miserables campamentos de refugiados.

La desocupación, que algunas décadas atrás era un fenómeno “tercermundista”, es un fenómeno común en las principales urbes de Europa y los EEUU. La “globalización” ha desparramado todos los males del capitalismo a todos los rincones del planeta. En algunos países la desocupación juvenil llega al 50% de la población. Son situaciones realmente desesperantes y causa de muchos suicidios sobre todo en la población mayor a 40 años que ve que casi es imposible recuperar su fuente de trabajo.

El “milagro” chino fue bajar los salarios a nivel mundial ya que muchas empresas se trasladaban hacia allí pagando prácticamente un plato de arroz al día a sus obreros. Algo parecido ocurrió en relación al este de Europa o México con las maquilas. Esto empujó el miedo a perder el trabajo en varias partes del mundo obligando a que el salario no se vuelva a recuperar. Fue un ataque brutal a los salarios a nivel mundial, fijando éstos a niveles de subsistencia. Solo los países con commodities para vender al mercado mundial, que salieron empujados por revoluciones a inicios del siglo XXI, como en Sudamérica, han recuperado cierto nivel salarial pero ya han comenzado a perder esas ventajas y vuelve a tensarse el enfrentamiento capital-trabajo volviéndose a pagar salarios de hambre.

El trabajo en negro y dentro de él los trabajadores inmigrantes, obliga a millones de personas a sobrevivir sin ninguna cobertura en salud y educación. En todos los países del mundo el capital utiliza mano de obra esclava. Se ve en los inmigrantes latinos que van hacia EEUU, los inmigrantes del mundo árabe o del África central en Europa. Lo mismo pasa en la inmigración interna en China o el sudeste asiático y en América Latina. Con esto el capitalismo obtiene por un lado bajar los salarios de los trabajadores en blanco y también un chivo expiatorio para echar la culpa de la situación económica a los inmigrantes a quienes vuelca su furia xenófoba persiguiéndolos con todas las fuerzas represivas y expulsándolos con cobertura mediática.

El aumento de la explotación exacerba la opresión. En el caso de la mujer, que aún recibe salarios inferiores al del hombre, se ven también los signos típicos de la barbarie. La trata y la esclavitud se están generalizando. Ya sea por reaccionarias y retrógradas religiones o costumbres, sino también por el negocio de la prostitución. La violencia de género se ha metido en el embrutecimiento y la frustración a la que son llevados amplios sectores sociales. No hay posibilidades de una plena liberación de la humanidad si no hay una plena liberación de la mujer.

Los ancianos que han trabajado toda su vida, una vez que al capital les resulta que ya han completado su “vida útil”, los condena a vivir con pensiones miserables. En muchos casos pasan a depender del soporte de sus familias y en otras son abandonados a su suerte. Si ésta es la suerte de muchos seres humanos en el mundo hacia el final de sus vidas, mucho mejor no es la de los niños que son sometidos al trabajo infantil. Estimaciones del año 2008 indicaban que 144 millones de niños trabajaban en el área Asia-pacífico, 65 millones en África y 14 millones en América latina y el Caribe. Más de 220 millones de niños, un 3% de la población mundial, son obligados a trabajar, más de la mitad de ellos en condiciones peligrosas.

Los informes Oxfam más que informes parecen confesiones de una banda de criminales. En 2014, indicaron que las 85 personas más ricas del mundo poseían la misma riqueza que la mitad más pobre de la población mundial, 3.500 millones de personas. Esta cifra ahora en 2018 es de tan solo 42 personas; una disminución impresionante si tenemos en cuenta que en 2010 eran 388 personas las que concentraban la misma riqueza que la mitad más pobre[i].

Si alguna conclusión práctica puede sacar la gente de Oxfam es la siguiente, no hay manera alguna de “influir en la gente más poderosa” para que mejore el nivel de vida de los pobres. Está absolutamente demostrado por la historia y la experiencia, que sin una lucha total contra los capitalistas, éstos jamás abandonaran su lógica de obtener más y más ganancias. No queda, señoras y señores de Oxfam, otra salida que una revolución total, mundial, socialista para poder terminar con este sistema mundial capitalista imperialista. Solo el camino de la lucha revolucionaria de la clase trabajadora, los campesinos, las mujeres y todos los sectores explotados y oprimidos puede terminar con este mundo de hambre, esclavitud y miseria.
Tesis III)    Una crisis con nuevos actores: los Estados Burocráticos Burgueses

Antes de la caída de la Unión Soviética y las experiencias del “Socialismo Real” en Europa del Este, Vietnam y otros países, los trabajadores del mundo capitalista no podían esperar una salida en lo que esos países proponían. Y lo que esos países ofrecían era dictaduras de partido único, ninguna libertad política para la crítica o la propuesta en defensa de las conquistas revolucionarias que significaba haber barrido a las burguesías nativas, haciendo que los medios de producción y de cambio pasaran a ser propiedad colectiva. La planificación económica en manos de una burocracia totalitaria llevó al desastre a estos países que no podían escapar a la crisis económica mundial a menos que se acabara con el capitalismo en todo el mundo. La nefasta teoría del “Socialismo en un solo país” por la cual el socialismo de la Unión Soviética superaría en el terreno económico a la capitalista imperialista fue la plataforma teórica que llevaba el estalinismo para evitar la revolución en cualquier lugar del planeta ya que no habría sido necesaria cuando esa superioridad quedara expuesta a los ojos de todo el mundo. Bajo el paraguas de esa teoría apoyaron a cualquier sector burgués “progresista” o gobierno capitalista que mantuviera buenas relaciones políticas o económicas con la URSS aunque en esos países se impusiera a sangre y fuego una dictadura militar.

La burocracia es un sector de la clase obrera que solo piensa en defender sus privilegios materiales o las estructuras que le permiten disfrutar ese nivel de vida alejada de la base obrera. Lo vemos en cualquier sindicato en donde se vea la lista “única”, estatutos antidemocráticos o dirigentes conciliadores con la patronal. Esos dirigentes no tienen un plan de lucha en defensa de sus afiliados, solo pretenden defender el Statu Quo que le permiten vivir en el lujo. Si defienden el sindicato o las obras sociales lo hacen por eso, jamás inculcarían en la clase trabajadora la idea de que hay que ir por el gobierno del país para terminar con los problemas que provoca el capitalismo. A un nivel superior los viejos estados obreros eran eso para estas burocracias totalitarias, sean estalinistas o maoístas.

La crisis era inevitable y llegó. En la URSS y Europa del Este estalló en forma de revolución antiburocrática triunfante, ya que la clase obrera con su movilización barrió con estos regímenes. En China, la burocracia impuso la restauración capitalista a través de una contrarrevolución triunfante haciendo que el capital ingrese como cuchillo en la manteca y obtuviera los salarios más bajos del planeta por entonces. En la URSS y Europa del Este, la falta de una dirección revolucionaria que hubiera dirigido la recuperación de esos estados para la movilización y la democracia obrera - terminando con la opresión nacionalista del régimen, dando todas las libertades para expresarse política y culturalmente y llamando a la federación de todos los estados obreros para dar un salto en el nivel de vida acabando con las fronteras nacionales del estado que garantizaba el control burocrático sobre los trabajadores y la fuente de sus privilegios - fue lo que permitió que también pudiese restaurarse el capitalismo.

En el caso chino la burocracia del Partido Comunista Chino dirige absolutamente todo la economía capitalista restaurada. La bandera roja del partido sigue flameando y siguen siendo ricos pero algunos en el rol de nuevos burgueses y otros, continuando con la administración del estado. Su ascenso como potencia capitalista fue vertiginoso. En pocas décadas obtuvo el primer lugar en la económica mundial como PBI. Y gracias a sus salarios de hambre, el capitalismo mundial encontró un escaparate para su crisis. Centenares o miles de empresas invadieron china esencialmente en la industria manufacturera y a su vez estos productos invadieron el mercado mundial.

Dejando de lado el caso de los países de Europa del Este que se refugian debajo de las faldas de la vieja Europa en crisis - Alemania del Este se unificó a su par occidental, lo que fue un verdadero triunfo de esas jornadas – la URSS convertida en Federación Rusa también, en medio del caos inicial, fue fatigosamente recuperándose a inicios del siglo XXI. Aun así su economía es débil y depende básicamente de la infraestructura energética, sobre todo el gas y el petróleo que vende a Europa y a países de Asia y China fundamentalmente. Pero su influencia política y militar tiene una gran importancia en su área de influencia recuperando su rol de superpotencia militar en Ucrania y en Siria - donde casi nada se hace sin su visto bueno - y logrando que Turquía, miembro de la OTAN, pacte con Rusia e Irán. Casi toda la nomenclatura rusa es heredera de la vieja burocracia del PCUS y tiene en Vladímir Putin a su hombre fuerte. A pesar de haber acabado con aquel siniestro régimen policial y totalitario, en donde ya no se ve a la bandera roja flamear en el Kremlin ni al Politburó del PCUS en pleno, la clase obrera de la Federación aún tiene pendiente acabar con los herederos de la burocracia parasitaria que aún mantiene su pie opresivo y privilegiado sobre esos países.

Tanto la Federación Rusa como China, por caminos distintos, han restaurado un capitalismo basado en el ejercicio del poder del estado obrero deformado o burocratizado. Los Estados de los países imperialistas más poderosos son, por su formación y tradición, completamente distintos a lo que hoy es la Federación Rusa y China. Estos países no surgieron en base al impulso económico de empresas capitalistas que fueron conformando el estado a su medida y llevando su influencia imperialista al resto del mundo. Digamos que el sastre de la historia en este caso fue otro. La formación de China y Rusia capitalistas (para simplificar) son producto de las burocracias de los viejos estados obreros y esas burocracias tienen un juego diferente, como si tuvieran otro sistema métrico. Por este motivo lo denomino “Estados Burocráticos Burgueses”. Esto los obliga a llegar a acuerdos - que cuando eran estados no capitalistas no sucedía - tanto en el terreno diplomático, económico y militar. En este marco China es el socio mayor indudablemente. En esta economía mundial capitalista en crisis, no es solo Rusia la que se apoya en China, la siguen todas las viejas y nostálgicas amistades que tuvieran antes de la hecatombe del “Socialismo Real”. Allí la vemos a Cuba por ejemplo y lo vimos en la defensa que hicieron de la Libia de Gadafi o la que hacen de la Siria de Basher Al-Assad. También tienen nuevos amigos en la Venezuela de Maduro o en Irán o India. Y también se suman a esta fraternidad gobiernos de tipo pequeñoburgueses o frente populista como el Argentino de los Kirchner o subimperialistas como el de Dilma Russef en Brasil. China se está convirtiendo en el principal socio comercial de casi todo el mundo. Lo es de África y lo será de América Latina.

Si las condiciones económicas se exacerban y la crisis hace que las disputas se hagan más agudas estaremos viendo tal vez más que enfrentamientos basados en grupos insurgentes como sucede en Ucrania. Rusia y China son potencias nucleares a las que hay que sumar como socia en el BRICS también a la India que también posee arsenal nuclear. En muchas partes del mundo las burguesías locales y sus socios menores y los representantes políticos están marcados por una disputa mundial y tienen que elegir entre ambos bandidos. Algunos se quedan como sirvientes del viejo imperialismo yanqui y europeo, otros se entregan a los brazos del gigante oriental o ruso.  Ni uno ni otro sirven a los trabajadores y los pueblos. Nada se puede esperar de los que han traicionado a la clase obrera mundial al frente de conquistas revolucionarias históricas. A 100 años de la revolución de octubre aún queda pendiente barrer con estas direcciones que quieren volver a engañarnos bajo un ropaje de capitalismo progresista o popular antiimperialista. Nadie les debe creer. La teoría del “Socialismo en un solo país” ya fue arrojada al basurero de la historia. Sus nuevos engaños también terminarán allí.
Tesis IV)    La caída del Estalinismo: un triunfo con sabor a largo plazo

El fracaso de la URSS y de las otras experiencias del “Socialismo Real” no se debe adjudicar como un fracaso de los revolucionarios que llevaron adelante la revolución de octubre de 1917, sino a la burocracia parasitaria y usurpadora de la revolución. Su ascenso se debió a combinaciones histórico políticas concretas, la derrota de las revoluciones en Europa, la extrema debilidad de la economía post guerra civil de la naciente URSS, etc. La caída de esos regímenes fue la conclusión de un proceso económico social internacional en donde se combinaron la política del imperialismo y el proceso objetivo de que esos países pertenecían a un todo que es la economía mundial capitalista. Su caída final fue la constatación, jamás escrita ni reconocida por ellos, del fracaso total de la teoría de que el “Socialismo en un solo país” podía vencer al imperialismo mundial en el terreno económico. No solo eso, también hicieron todo lo posible por pactar con el imperialismo o las burguesías locales para frenar o congelar la revolución en cualquier país, y si en alguno llegará a triunfar la revolución, captarla para frenarla en sus fronteras nacionales.

A pesar de esa teoría y política, los países del llamado “Socialismo Real” eran conquistas históricas. Es como un sindicato a pesar de su dirección burocrática, ese sindicato es una conquista de los trabajadores, su desaparición es la desaparición de la experiencia histórica y de grandes luchas por construirlo. Por eso, el estalinismo y los burócratas herederos, hicieron lo posible para borrar la tradición obrera, su democracia y su historia de la conciencia de la clase obrera mundial. La traición estalinista se fue propagando. Su primera tarea fue aniquilar la III Internacional. Pero aún quedaban los países, productos de aquellas revoluciones y de los cuales extraían sus privilegios. Esos países, bajo su reaccionaria teoría también estaban condenados a fracasar a menos que una revolución con una dirección socialista revolucionaria dirigiéndola los hiciera salir del poder con una revolución política. Pero eso no sucedió.

Por ese motivo, la revolución política, que era la salida que León Trotsky planteaba para esos países y que Nahuel Moreno veía acercarse y estudió en diversos documentos, finalmente llegó pero sin una dirección revolucionaria a su frente. La situación objetiva empujó la movilización del movimiento de masas y se dieron los resultados disímiles vistos alrededor de China y la URSS. Como resultado la historia parió una situación dialéctica, contradictoria. Los EEOO (Estados Obreros), esas enormes conquistas se perdieron pero al mismo tiempo, la caída del estalinismo se expandió como el humo del estallido de un super volcán por sobre toda la tierra, liberando enormes fuerzas, contenidas bajo su losa burocrática. Por un lado se perdió, en poco tiempo, en un chasquido histórico, una enorme conquista de la clase obrera y los pobres del mundo, pero allí comenzó otra enorme conquista, de la cual no podían verse resultados inmediatos, a corto plazo, esa conquista fue la debacle histórica del estalinismo que liberó fuerzas en la clase obrera mundial que enfrentó, y aún enfrenta con mucho más poder que antes, a todo tipo de burocracia parasitaria y traidora.

Esta enorme conquista comenzó a dar frutos. El imperialismo vio ese problema [para ellos]. Primero hizo propaganda de la muerte del socialismo y del fin de la historia, asegurando que el triunfo del capitalismo era determinante e histórico. Muchos sectores liderados por la Iglesia y direcciones pequeño burguesas y burocráticas, antiguos aliados del estalinismo en un frente contrarrevolucionario mundial con el imperialismo, por la “paz y la democracia” - anterior a la caída del muro de Berlín - comenzaron a predicar en contra de la formación de los partidos políticos y educaron a una enorme vanguardia en el “horizontalismo” como antídoto para evitar la formación de organizaciones capaces de llevar la revolución hasta la toma del poder. Aun así la lucha nunca cesó. Seattle en los propios EEUU y todas las movilizaciones en contra de la “globalización capitalista” fueron abriendo paso a nuevas experiencias y también al vivo relato que brinda la lucha de clases para extraer conclusiones. Esto posibilitó el surgimiento de nuevas direcciones sin la fuerza de gravedad que ejercía ya sea la burocracia del kremlin o su contraparte de Beijing. Los pueblos fueron derribando las mentiras capitalistas que se desnudaban frente a sus ojos con el neoliberalismo. Todo tipo de direcciones fueron abriéndose paso, incluso y sobre todo, direcciones no obreras, como es por ejemplo, el chavismo. Aun así el inicio del siglo XXI es rico de nuevas e inéditas revoluciones que fueron acorralando al imperialismo en crisis y a su economía mundial que se descalabraba hacia la crisis del 2008-2009. Sin la caída del estalinismo a nivel mundial o de la burocracia china como referente frente a su reconversión capitalista, no hubiera sido posible este reverdecimiento de nuevas direcciones revolucionarias y este ardor de juventud que lleva nuevamente a la clase obrera mundial a la vanguardia de las luchas en el mundo. La democracia obrera vuelve a ocupar un lugar, las asambleas y la toma de decisiones en la base fueron la tónica de todo tipo de frente de lucha, sea obrera, ambiental, luchas de la mujer, etc. Una democracia que se combina con la lucha misma. Ésa es la fuerza fundamental. Una revolución política que viene de las experiencias de las revoluciones antiburocráticas de Hungría del 56, Checoslovaquia del 68, Polonia del 80, que dio origen también a los comités de base en Italia. La caída del estalinismo hizo que la base comenzara a rebelarse por los poros de la sociedad en todo el planeta. Al mismo tiempo que se pregonaba el horizontalismo con los Foros Sociales, estos mismos no podían evitar que surgieran de abajo quienes reflejaban la lucha a nivel mundial. Estos mismos Foros perdieron su fuerza cuando muchas de esas direcciones se hicieron cargo de los gobiernos de varios países, como fue el caso de Lula en Brasil o Evo en Bolivia. Es que hoy si hubiera una reunión de esas características no iría solo contra el consenso de Washington o el neoliberalismo, iría contra el mismo capitalismo en todo el mundo.

De solo imaginar la fuerza que le daría a esos encuentros la presencia de los obreros Chinos de Yue Yuen, que hicieron una huelga de casi un mes contra las patronales de Nike y Adidas, o los obreros del sindicato metalúrgico sudafricano NUMSA que rompieron con el Congreso Nacional Africano o sus pares del sindicato minero o los activistas egipcios de Plaza Tharir, o los estudiantes mexicanos que piden justicia por los 43 de Ayotzinapa o los activistas de la revolución de los paraguas de Hong Kong, los jóvenes peruanos contra la ley pulpin o el gobierno del PPK o los obreros de Rusia, Turquía o Irán en huelga, de los indignados españoles o los obreros griegos y de Europa del este, representantes de los obreros argentinos en huelga, o los de Wall Mart y de comidas rápidas en los EEUU, la clase trabajadora que pelea contra la austeridad capitalista en Europa, los miles que en el mundo luchan contra el fracking o defienden el medio ambiente, representantes del pueblo palestino y, sobre todo, representantes de la gran revolución kurda y femenina del Rojava junto a las millones de mujeres que en el mundo se levantan por sus derechos. Si hoy se hiciera un foro de ese tipo con miles de luchadores de todo el mundo, con un plan de lucha que coordine a nivel continental y mundial las luchas anticapitalistas, solo eso haría temblar a las burguesías imperialistas, las corporaciones y las distintas burocracias existentes, sean obreras o religiosas. Nunca se ha visto semejante ascenso a nivel mundial, no hay país en donde no haya luchas, dentro del propio imperialismo, dentro de los mismos ex EEOO, o en cualquier otro país del mundo. Esto es una consecuencia de la caída del estalinismo, que no podía saborearse al alba de su caída.

Tesis V)      El imperialismo cada día más debilitado

El imperialismo ha tenido varios momentos de retroceso y contraofensiva a lo largo de los últimos 50 años. Luego de los atentados de las torres gemelas, hecho que conmovió al corazón del imperio, su contraataque se volcó a la invasión de Afganistán e Irak. Un gigante emprendimiento militar y económico que pretendía tener el control de todas esas vastas zonas de enormes recursos petroleros y gasíferos en el caso de Iraq y de Litio en el caso de Afganistán. Por otro lado se proponía cercar a Irán para tener el control total del medio oriente. La caída de Sadam Hussein con la mentira de que poseía armas de destrucción masiva no le permitió controlar políticamente lo que había conquistado militarmente con la muerte de casi 1 millón de iraquíes y miles de soldados norteamericanos. Su “democracia” no se pudo imponer a la mayoría de la población chiita que con organizaciones ligadas al gobierno iraní pudo mediante elecciones llegar al gobierno central iraquí. Al imperialismo le salen las cosas mal, por así decirlo. Siguieron fracasando en contener a los talibanes en Afganistán y en Iraq pierden el control político y de hecho abandonan el terreno retirando a sus fuerzas de tierra dejando solo asesores militares. Negoció con Irán una salida a su programa nuclear y ahora Trump no sabe cómo volver atrás con eso.

El golpe que significó la crisis económica de las burbujas inmobiliarias del 2008 fue un golpe tremendo. Por entonces se da un hecho inédito que es el triunfo a la presidencia de los EEUU del primer afroamericano, el candidato demócrata Barack Obama. Estos cambios hay que analizarlos en el marco de un ascenso de luchas mundial que exceptuando algunos países como Colombia, Perú y Chile, prácticamente hizo perder su influencia directa sobre gobiernos latinoamericanos. Esto hizo que sus intentos de contraataque fueran liquidados por la movilización como en el caso del golpe que quiso derribar a Chávez en el 2002 y parecieran como “grandes triunfos” los que desplazaron a Zelaya en Honduras o Lugo en Paraguay. El imperialismo yanqui la pasó mal en América Latina en la primera década del siglo. Luego, frente al desgaste de los gobiernos de Lula, Correa, Maduro, CFK, etc. a nivel superestructural el imperialismo yanqui logra recuperar su influencia en América Latina pero no logra golpear o cambiar la relación de fuerzas a su favor con su gran contendiente, el movimiento de masas obrero y popular. Tiene esta tarea en la cual no tiene la fuerza de los años 70 para imponer a sangre y fuego sus planes y encima no es contra el “comunismo”, en la superestructura sus contrincantes están en un campo capitalista de pies a cabeza. No hay que impresionarse con victorias superestructurales de la derecha y el imperialismo, el problema fundamental es la lucha de clases y la relación de fuerzas resultantes.

El comienzo de la insurrección que se dio en el mundo árabe, con la llamada “primavera árabe” también dejó al imperialismo muy confundido. Perdía dos aliados como Mubarak y Ben Ali y varios otros gobiernos aliados también estuvieron en la cuerda floja. Incluso tuvo que tratar de retomar el control interviniendo política y militarmente como en el caso de Libia y Siria. En este último país su situación es patética. La debilidad consiste en que en un primer momento ante el ascenso del movimiento de masas tuvo que apelar a los hermanos musulmanes como dique de contención, cuando estos se veían desbordados apeló al ejército para dar un golpe de estado, sin embargo el pueblo egipcio no se replegó como si hubiera sentido una derrota histórica sino que aún sigue movilizándose, como también el tunecino o el rifeño en Marruecos.

Mucho mejor no le va a sus colegas de la vieja Europa que atraviesan una brutal crisis económica y política. Los viejos bipartidismos europeos están colapsando ante la movilización obrera y popular abriéndole paso a nuevos espacios políticos tanto de la izquierda radical como de la derecha más xenófoba. Este fenómeno se vio en la América Latina en donde los viejos partidos que se alternaban en el ejercicio del gobierno fueron triturados por la movilización dando paso a otro tipo de regímenes políticos con nuevos partidos o figuras recicladas del régimen anterior, pero aun así a regímenes políticos opuestos al tradicional bipartidismo. En Europa esto es darle al corazón del imperialismo ya que los partidos del régimen bipartidistas son los representantes directos de la rapaz burguesía financiera e industrial del viejo mundo. En Grecia subió al gobierno una coalición de izquierda, Syriza, que si bien traicionó  frente a la troika europea, fue un hecho inédito. En un proceso en donde se van a ver duros enfrentamientos ya que a diferencia de América Latina en donde el imperialismo era de “afuera” con representantes adentro, en Europa el imperialismo está en la cocina de casa. En los últimos años hemos visto como varios países tuvieron gobiernos “técnicos” de administración estatal sin el poder que les da el acuerdo constitucional, así hemos visto casi un año sin gobierno en España, algunos meses en Alemania y ahora sin acuerdo todavía para formarlo en Italia. Hay una tremenda crisis en los regímenes políticos y se acentúa la polarización fortaleciéndose variantes de derecha ante la crisis de los partidos tradicionales pero también aumenta la movilización obrera y popular por el otro lado como lo demuestra el proceso independentista catalán o las movilizaciones obreras en Francia.

Debilidad tanto del imperialismo yanqui como europeo frente al avance del nuevo imperialismo chino que avanza a fuerza de billetera por todo el mundo. En África, China es el primer socio comercial del continente, lo mismo casi se puede decir que puede pasar en América Latina. Su alianza estratégica con Rusia por la cual se garantiza la provisión de gas y petróleo, su dominio sobre el Océano Índico y sus acuerdos con la India, la convierten en el gran cuco del imperialismo tradicional. Desde la península arábiga hasta el mar de china límite con Japón, el naciente imperialismo oriental esta hilvanando un collar de perlas militar y logístico de gran envergadura. Es decir, si antes teníamos a dos bandidos (Imperialismo yanqui y europeo) ahora tenemos a tres.

Ahora bien, de conjunto el aspecto más importante para determinar la debilidad del imperialismo es que la lucha de clases entró con fuerza en su propia casa. Tanto en Europa como en EEUU. Es la osteoporosis que está carcomiendo las propias sociedades imperialistas. Esto está en sus inicios pero digamos que es la clave de todo. Las luchas de la clase obrera europea y norteamericana están haciendo que su conciencia comience un proceso de avance. Los proletariados yanqui y un poco más adelante el europeo, ya están en marcha. Si la misma conciencia sigue avanzando, eso se verá reflejado en el crecimiento de las organizaciones de la izquierda socialista y revolucionaria. El naciente proletariado chino va a pasar más temprano que tarde por todas estas experiencias. Sean sus luchas de carácter ofensivo o defensivo de acuerdo al momento de la lucha de clases y la situación económica, van a tener un aprendizaje acelerado como se ve en la enorme cantidad de huelgas en China. Otra vez se vuelve a plantear la posibilidad de que el proletariado de las principales naciones del mundo vuelva a adquirir su conciencia de clase socialista e internacionalista. Al mismo tiempo la crisis de dirección revolucionaria de la humanidad hace que esto sea lento y fatigoso por el momento, ¡¡pero nunca como antes hubo una oportunidad histórica como esta!!

La nueva configuración de intereses en el plano mundial está poniendo al imperialismo yanqui a la defensiva y a los europeos con los pelos de punta tratando de sacar provecho de los países del este de Europa y Ucrania que la enfrenta con su principal proveedor de gas, la Federación Rusa.

En Medio Oriente, el subimperialismo sunnita de Arabia Saudita, comenzó a tener distintas políticas que los EEUU en Medio Oriente favoreciendo el surgimiento de organizaciones fascistas de derecha, nazis, como el Estado Islámico. Esto no lo quita del acuerdo general que tiene con los EEUU de dividir a Siria e Iraq para controlar cualquier proyecto energético en la región. Con el gobierno de Trump se alinearon otra vez y Arabia Saudi e Israel están más cerca que nunca. Pero EEUU sigue retrocediendo ya que los grupos islamistas “moderados” que querían imponer en Siria la sharia como en Arabia Saudita y que ellos dirigían ahora tienen a Turquía como su amo directo y a los EEUU solo les quedó como excusa para quedarse en Sira conformar una alianza para combatir al ISIS. En medio de este caos provocado para derribar al régimen de Basher Al-assad Rusia se hizo presente y salvó de una caída al presidente sirio haciéndose dueño de la situación debilitando aún más la posición de EEUU y poniéndolo en crisis frente a su socio turco de la OTAN que pactó con Rusia e Irán (¡!) como partir Siria.

En 2012 los kurdos de Siria hicieron una enorme revolución y liberaron una región de 3 millones de habitantes en donde imperan las asambleas populares, la igualdad de género, las milicias de masas y un socialismo comunitario que está abierto al aporte y el espíritu crítico de todos los revolucionarios en el mundo. Aquí se unen todos contra la revolución porque cuando ésta surge, con peligro para todos ellos, se unen para frenarla, éste es el acuerdo que une a Turquía, segundo ejército de la OTAN, con Rusia e Irán contra la revolución de Rojava.

El impacto que cualquier revolución o proceso de gobiernos de izquierda provoque en la clase obrera y el pueblo de EEUU, Europa o China, es de fundamental importancia. Las viejas direcciones herederas del estalinismo, los pequeños burgueses o burócratas le van a mostrar lo mismo que ofrecían las burocracias del Kremlin o Beiging, por eso es imperioso que los nuevos procesos muestren otro camino, el de la democracia y políticas en pos de los intereses de la clase obrera y pueblo, eso potenciaría aún más la conciencia de la clases obreras fundamentales, la yanqui, europea y china. Si eso pasa, más que debilidad, el imperialismo comenzaría a dar lástima.
Tesis VI)    Una Situación Revolucionaria Mundial inédita

Me permito hacer una aclaración sobre el titulo ya que hubo varias definiciones al respecto. La que usamos en este caso es la de Lenín[ii]. Era una definición objetiva en la cual se aclara que habiendo una situación revolucionaria no significa que hubiese automáticamente una revolución si no que ésta podría darse, es decir, si no hay esa situación es imposible una revolución (“Toda revolución es imposible hasta que se hace inevitable” diría Trotsky). Lenín decía que para que se concretara la revolución había que sumar “…la revolución no surge de toda situación revolucionaria, sino solo de una situación en la que a los cambios objetivos antes enumerados viene a sumarse un cambio subjetivo, a saber: la capacidad de la clase revolucionaria para llevar a cabo acciones revolucionarias de masas lo bastante fuerte como para destruir (o quebrantar) al viejo gobierno, que jamás “caerá”, ni siquiera en las épocas de crisis, si no se lo “hace caer”.” Habla de capacidad de la clase, no del partido que puede ser inexistente incluso. ¿Acaso en Egipto hubo un partido marxista revolucionario que provocó la caída de Mubarak en 2011? Si no llamamos revolución a eso, estamos de acuerdo, es otra definición pero solo nos va a servir cuando haya una dirección bolchevique a su frente.
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Si las últimas 3 décadas del siglo XX nos mostró la fuerza de la movilización revolucionaria del movimiento de masas tirando abajo dictaduras sangrientas, independizando países que eran colonias de distintos imperialismos, tirado abajo gobiernos claves del imperialismo en varias regiones y finalmente acabado con los regímenes estalinistas en la URSS y Europa del este. En el nuevo siglo XXI la revolución se abrió paso dando nuevos tipos de revoluciones que han colmado la capacidad de asombro de los analistas.

En América Latina ésta fue permanente dejando sin respiro a las democracias burguesas, conquistas que el mismo movimiento había obtenido con enormes sacrificios y miles de muertos. Esta vez el blanco no eran dictadores militares sino las instituciones fundamentales de la democracia burguesa: los partidos políticos burgueses que se alternaban en el régimen bipartidista. Esto se quebró en todos lados. En Brasil, subió el PT, en Argentina la burguesía encontró en el kirchnerismo una válvula de escape para contener la movilización, lo mismo en Uruguay con el Frente Amplio. El chavismo provocó uno de los fenómenos revolucionarios antiimperialistas más importantes, seguido por la alianza País de Correa en Ecuador y el MAS de Evo Morales en Bolivia. En Chile si bien el pinochetismo continúa ejerciendo cierta influencia, los estudiantes no han dado respiro al gobierno derechista de Piñera, allí el régimen bipartidista sigue conservando los rasgos característicos con la Concertación Socialdemócrata-cristiana. Al mismo tiempo, la experiencia del pueblo trabajador con estos gobiernos han ido avanzando al calor de las luchas pero sabiendo movilizarse también contra el imperialismo, agazapado o al descubierto, que está intentando recuperar lo perdido. Hasta ahora lo logra superestructuralmente en algunos paises. Este proceso revolucionario tiene una importancia enorme para el desarrollo de los partidos y dirigentes de los trabajadores y la izquierda revolucionaria que ha sabido interpretar la etapa. En muchos países se ve un crecimiento de la misma.

Pero las luchas no cesan. En Brasil, masivas movilizaciones despertaron al pueblo contra el aumento del boleto en junio del 2013 y también en medio del mundial de futbol 2014. El gobierno de Dilma y el PT ya no servían a los intereses de la burguesía subimperialista brasilera y mediante un proceso parlamentario fue destituida. Temer sin tapujos encaró la tarea que la burguesía y el imperialismo necesita, pero el pueblo brasilero está levantándose contra una reforma laboral y previsional que atrasa un siglo las condiciones laborales de los trabajadores en una batalla clave en la primera economía del subcontinente. Dicha movilización se desarrolla sobre la crisis política ya que Lula sigue siendo el candidato con mejores posibilidades de volver a la presidencia y eso podría realinear la situación en relación a las potencias mundiales que acentúan su enfrentamiento con una guerra comercial entre EEUU y China. En Brasil (y en EEUU) el capital financiero e industrial y la casta militar quieren posicionarse de un solo lado. La situación se tensa entre los de arriba y los de abajo en el gigante sudamericano.

Después de la muerte de Chávez, la revolución bolivariana está en una encrucijada en la cual hay huelgas obreras por el lado de la clase trabajadora que defiende las conquistas obtenidas e intentos desestabilizadores de la derecha pro-imperialista que quiere dar el zarpazo. Si bien el régimen de Maduro aún perdura, lo hace con una debilitada y dividida oposición pero entre ellos se comienza a vislumbrar una salida como lo reflejaron las últimas elecciones municipales.

En Colombia hay un proceso de luchas campesino a pesar que la guerrilla de las FARC aconsejada por el castrismo firmó un tratado de paz con el gobierno para encauzarse en los nuevos regímenes que imperan en el subcontinente así como la adaptación del FMLN en El Salvador. Ecuador entró en una gran crisis dada la política del actual presidente Lenin Moreno opuesto a su predecesor Rafael Correa, un ejemplo que bien pudo darse en Argentina si Scioli le ganaba a Macri.

En Guatemala se alzaron los docentes y los trabajadores de la salud. Honduras ha salido a la calle contra el fraude y sigue un proceso de movilización con picos de crisis en las fuerzas policiales. Toda Centroamérica acompaña con una seria de huelgas y luchas importantes.

En Paraguay hubo una huelga general después de varios años y una enorme marcha campesina a la capital y los estudiantes encararon una gran lucha en la Universidad de Asunción. En Bolivia los pueblos originarios se alzan contra la construcción de carreteras y los mineros volvieron a la huelga.

En Perú los estudiantes se movilizaron y obtuvieron un triunfo contra la ley pulpin. El magisterio también se alzó en pie de guerra. Finalmente el gobierno de Pedro Pablo Kuzinsky cayó derrotado por la movilización a pesar de pactar para indultar a Fujimori que fue como echar nafta al fuego en la situación política dejando un gobierno aún más débil para enfrentar al movimiento de masas.

En Argentina, los docentes tienen una cita con la huelga todos los años y sectores industriales y del estado dirigidos por la izquierda son protagonistas de importantes luchas. En 2017, apenas 2 meses después de “ganar” las elecciones con el 40% de los votos a nivel nacional, el gobierno de Macri se vio sacudido por masivas movilizaciones y cacerolazos que lejos están de ser un rayo en cielo despejado. Y demuestran que los coyunturales triunfos superestructurales tienen pies de barro.

Ni el régimen chileno, tal vez el más estable en la región, puede decirse alejado de la crisis de los regímenes bipartidistas ya que Piñera gana un ballotage luego de una primera vuelta en donde un candidato de izquierda moderada casi llega a la segunda vuelta demostrando que los partidos tradicionales también se están desgastando y polarizándose la situacion.

Todos los gobiernos latinoamericanos burgueses están en crisis y son golpeados por huelgas masivas ante el deterioro de las condiciones de vida de la clase obrera y popular. El desgaste de los gobiernos y de la burocracia sindical traidora que los sostienen anticipa nuevas oleadas de luchas que irán creciendo al ritmo del inevitable estallido económico que vendrá y no en un largo plazo.

En Norteamérica la lucha de clases entró con movilizaciones masivas. En México la lucha por los estudiantes desaparecidos y asesinados de Ayotzinapa y en las huelgas de docentes, electricistas, obreros de las maquilas a pesar de la enorme represión de parte de los aparatos estatales y paraestatales. Según encuestas también hay un corrimiento a izquierda en México que tendrá sus elecciones presidenciales, al igual que Brasil, en 2018.  

En el corazón del imperialismo yanqui, la crisis dejó una marca indeleble en millones de hogares y comenzó un movimiento huelguístico sin precedentes cuya vanguardia fueron desde el 2012 los trabajadores de Wall Mart, los docentes de Chicago y New York, los obreros de Shell, las enormes movilizaciones contra la violencia racista y policial. Éstas fueron precedidas con varias experiencias de lucha muy importantes del pueblo norteamericano como la toma del palacio del congreso en Wisconsin o las movilizaciones del movimiento Occupy 99. En las últimas elecciones si bien se impuso Hillary Clinton en las primarias demócratas, la candidatura de Berney Sanders dejó una huella de un giro a izquierda en el electorado yanqui que si bien es reformista abrió paso a que se hable de socialismo como nunca antes había sucedido. Apenas asumió Trump las mujeres organizaron una masiva movilización y la vanguardia se radicaliza alimentando las organizaciones de izquierda, incluso las revolucionarias. Allí crece día a día la bronca contra ese misógino armamentista y la juventud yanqui le puso un millón de manifestantes en Washington en contra de la posesión de armas. Se verán más huelgas y movilizaciones dentro de los EEUU que serán claves para el futuro de la revolución mundial.

En Europa existen muchas y grandes luchas contra los planes de austeridad. El año 2014 terminó con una enorme huelga general en Bélgica, en el corazón político de la Unión Europea, en Bruselas. Pero las mismas se repiten en Italia, Francia, España, Croacia, Alemania, Inglaterra, Portugal, Grecia, etc. Es una enorme oleada que no se ve desde el principio del siglo XX. La Europa estable y de bienestar es cosa del pasado. Europa no sale de su crisis económica y política, lo refleja el Brexit, la reforma laboral de Macron, la crisis española por las movilizaciones de masas en Catalunya pero también en otras regiones. Éste último es un proceso revolucionario democrático que puede alterar a toda Europa y su Unión. En el este las poderosas huelgas de la VW en Bratislava y de la FIAT-CHRYSLER en Serbia en 2017 empujan a los batallones obreros menos pagos a subir la presión salarial en el oeste. Grecia sigue su crisis sin salida en medio de movilizaciones. La traicion de Syriza en el gobierno en Grecia y la política claudicante al régimen de PODEMOS en España muestra que la izquierda no puede sostenerse sin ir a fondo en la política de enfrentamiento con la troika europea y sus gobiernos. También allí los de abajo no quieren seguir viviendo en la pobreza y los de arriba no pueden seguir gobernando como siempre.

En China, la clase obrera que ahora es más importante que el campesinado, ha venido luchando por tener mejores condiciones de vida hace muchos años. Según el sitio China Labour Bolletin, el nivel de conflictos se mantiene alto registrándose 1240 en el año 2017 y sumando 8000 desde el 2014, año de la famosa huelga de los obreros de Yue Yuen. Es decir, con un modelo u otro, el sistema capitalista no es capaz de resolver los problemas de una población que tiene que salir constantemente a reclamar por sus distintas condiciones laborales, sociales, etc. En China la nueva clase obrera surgida por la restauración capitalista tendrá frente a sí que enfrentarse a la más poderosa burocracia surgida de un estado obrero. Ése será el momento de ajustar cuentas pendientes. Hay que seguir de cerca a este gigante obrero en ascenso.

En la India en marzo 2014 hubo una enorme huelga de los trabajadores de la Toyota. Una nota del Wall Street Journal del 27/03/2014 refleja de este modo los conflictos obreros en India: “La disputa entre Toyota y sus trabajadores en la India ha estado gestando durante meses y ofrece una visión de la relación inestable entre los trabajadores industriales y de gestión en la India. La mayoría de los conflictos se han resuelto a través de negociaciones, aunque algunos de ellos se han enconado y se hicieron violentos. De Corea Hyundai Motor Co., el japonés Honda Motor Co. y de la India Mahindra & Mahindra Ltd. han sido afectados por los conflictos laborales aquí. Hace dos años, los trabajadores de una fábrica de Maruti Suzuki India Ltd. prendieron fuego a una de sus dos plantas, matando a un gerente.” Los trabajadores bancarios casi paralizan la India sino fuera porque el gobierno cedió a sus demandas. Lo mismo pasó con los trabajadores mineros. Los trabajadores de la Foxconn en India también entraron en huelga, es decir, hay una oleada enorme de conflictos en otro de los países más importantes de Asia. 

En Rusia también se hace sentir la clase obrera y los sindicatos independientes y en Ucrania hay una disputa por el control de ese importante país del mar negro entre Europa y el Kremlin. Putin gana las elecciones y es uno de los pocos gobiernos que tienen cierta fortaleza dado su control férreo del estado y su política exterior que le permite aparecer como la vieja madre Rusia nacionalista. Pero Rusia también es sensible a los cambios del sistema financiero internacional. En ese sentido Argentina, Turquía, Pakistán, Egipto y Qatar son los países más vulnerables.

En África, la revolución avanza desde el sur con la poderosa clase obrera sudafricana que por primera vez está dando enormes pasos políticos organizativos rompiendo con el Congreso Nacional Africano, histórica dirección de la clase obrera liderada por Nelson Mandela. En el año 2014 los mineros del platino realizaron una enorme huelga de 5 meses y otra de dos meses corrió por cuenta del poderoso sindicato metalúrgico Nunsa. Este sindicato dio un salto político organizando el panafricanismo extendiendo su lazos con la clase obrera de Zambia, Zimbabue, etc. Organizaciones de mujeres se levantan contra el ISIS africano, Boko Haram en Nigeria y contra el patriarcado en general. En Burkina Faso la población tiró abajo una dictadura de varios años. En el norte todavía se sienten los pasos del movimiento de masas que han derribado a Ben Ali, Mubarak y Gadafi.  En el Magreb la lucha del pueblo rifeño y marroquí en general no se ha detenido a pesar de la represión y las detenciones. Algo parecido sucede en Egipto que vivió una oleada de huelgas con los trabajadores textiles a la vanguardia y un régimen que hace crecer el odio de los de abajo imponiendo duras sanciones a los dirigentes de las huelgas quitándole sus derechos. Al-Sisi ganó recientemente las elecciones pero solo concurrió un 40% del padrón a votar. Y entre ambos se vuelve a alzar masivamente el pueblo tunecino contra el alza del costo de vida a 7 años de su revolución democrática que tiró a Ben Ali que estuvo 22 años en el poder.

En Medio Oriente la vanguardia indiscutida es el pueblo kurdo que ha hecho una revolución inédita levantando un programa enormemente progresivo en donde se defienden de los ataques del ISIS y del régimen sirio que perdió un territorio muy importante al norte de Siria. Allí ahora existe la Federación Democrática del Norte de Siria lideradas por las fuerzas kurdas de Rojava donde la revolución ha logrado importantes conquistas democráticas y de derechos de la mujer y de las minorías basado en asambleas populares y concejos locales donde participan todos los sectores, absolutamente laico, no racista y no nacionalista. Ésta revolución se contagia a Turquía en donde el régimen despótico de Erdogan comete un genocidio allí y también en el cantón de Afrin con su invasión pero camina sobre un delgado hilo que lo puede hacer caer en el vacío ya que pacta con Rusia, Siria e Irán teniendo el 2° ejercito de la OTAN. Y los de abajo se levantan contra el corrupto gobierno autónomo del Kurdistán iraquí exigiendo contra el alza del costo de vida y por trabajo. No es casual que la movilización de masas se alzará también en Irán por el mismo motivo poniendo en jaque al régimen de los Ayatollah acabando con el relato de los que dicen que Irán es un país antiimperialista o “nacional y popular”. Aquí es de resaltar que su pueblo se levanta también en contra de la intervención militar de Irán en otros países como Siria y Yemen.

El pueblo palestino sigue dando muestras de coraje al resistir la bestial agresión sionista en donde al interior de Israel también se levantan los trabajadores contra la austeridad del gobierno. En Yemen sectores de la vieja izquierda yemení y sectores chiitas tienen en jaque al gobierno en una zona estratégica económica política y militar. Yemen está en una crisis humanitaria en donde 20 millones de personas están al borde del hambre y bajo el bombardeo de los aviones saudíes.

En Australia y Canadá también hay importantes procesos de luchas y huelgas. Prácticamente no hay región del planeta que no tenga ejemplos de un gran ascenso obrero y popular que pone a los gobiernos y regímenes al borde de un ataque de nervios. Son todas luchas que ponen en la picota al sistema mundial capitalista y abren el camino para el planteo de un mundo socialista. Todos ellos forman un tremendo campo revolucionario que aún pelea disperso y sin organización común contra el imperialismo y el capitalismo. Como decía Lenin, pero en todo el mundo, los de arriba no pueden y los de abajo no quieren.
Tesis VII)   Nuevas Direcciones encabezan una rebelión mundial

Como está antes señalado las viejas direcciones del movimiento obrero mundial han colapsado con la caída del estalinismo. Esto abrió paso al surgimiento de nuevos fenómenos y corrientes que, ante la crisis de dirección y el vacío que esto fue provocando, el movimiento de masas en su lucha fue llenando con lo que tenía a disposición. Los movimientos revolucionarios y el trotskismo en particular fueron también golpeados y hubo distintas caracterizaciones y respuestas ante el fenómeno que significó la pérdida de la URSS y el estallido del estalinismo. Quienes más rápido contestaron fueron la iglesia y los sectores centristas y reformistas quienes impulsaron los Foros Sociales Mundiales como válvula de escape ante la globalización capitalista. El Zapatismo como fenómeno también llenó de expectativas a un sector importante de vanguardia pero se fue diluyendo con el pasar de los años, aunque su teoría horizontalista siga teniendo seguidores. El chavismo, como respuesta al impulso revolucionario de las masas venezolanas que hicieron el caracazo en 1989, se derramó sobre la vanguardia mundial como emblema de resistencia antiimperialista. Detrás de él se encolumnaron vastos sectores de vanguardia. El antiimperialismo tuvo su apogeo en vida del líder bolivariano.

A medida que la crisis estallaba en distintos países, comenzando por Sudamérica, se dieron fenómenos asamblearios populares como fue durante la crisis revolucionaria argentina del 2001. Esto es parte de la revolución política que hizo caer al estalinismo aunque los razonamientos formales no vean la conexión. Los Foros trataban de contener y encauzar ese proceso. Más tarde con la última crisis, estructural del capitalismo, del año 2008/2009, las mismas recetas que hacen pagar la crisis a quienes no la provocaron, hicieron reverdecer el proceso asambleario y de movilización permanente, en los movimientos de los indignados de España (veamos el fenómeno de PODEMOS en España) y el del Occupy norteamericano. Lo mismo pero en medio de las revoluciones triunfantes que tiraron a Ben Ali y Mubarak se dio en Túnez y en la Plaza Tahrir en Egipto o más recientemente en Hong Kong. Hechos como éstos se repiten a lo largo del planeta y sobre todo en el movimiento obrero. El ejemplo de los mineros y metalúrgicos sudafricanos, en las huelgas chinas, la India, EEUU, Europa, Sudamérica. Este fenómeno más que explicar la acción de hacer asambleas en sí, explica la crisis de los aparatos burocráticos. A pesar que los sindicatos siguen siendo los grandes organizadores de las luchas en el movimiento obrero, hay un repudio a lo que representa la burocracia y más si está ligada a los viejos aparatos, estalinistas, maoístas, castrista etc.

La revolución kurda en Rojava (Kurdistán Sirio) expresa también este fenómeno ya que son asambleas populares las que determinan el funcionamiento y la toma de decisiones, al estilo de los soviets aunque tal vez organizados de distinta manera. Con un agregado, la igualdad de género es tan alta que cualquier organización, exceptuando las organizaciones exclusivas de mujeres, tienen 2 co-presidentes o 2 co-secretarias, en donde hay un hombre y una mujer. Allí, se ve en medio de la guerra, algo similar a lo que fue el comunismo de guerra o de ciudad sitiada, como por ejemplo se organizaban en los campamentos de refugiados palestinos en Jordania o Líbano con una tremenda democracia de base. Es decir, organizaciones tremendamente combativas y democráticas.

En otros tipos de luchas, como las ambientales, barriales, seguridad, etc, prima el modo de organización asambleario. La gente se encuentra en las calles y no hay aparato que logre imponerle nada. Esto es debido a la crisis general de dirección, tanto de direcciones contrarrevolucionarias como a la crisis de dirección revolucionaria, con debidas excepciones en lugares restringidos y específicos (Rojava) y que tienen aún que pasar por distintas pruebas. Hay una relación dialéctica entre direcciones y bases. Es la relación entre autoridad y democracia. Direcciones que hayan dirigido revoluciones triunfantes adquieren una autoridad tal que son respetadas por el movimiento de masas, eso constituye un respeto hacia ellas y un peso importante de su organización. Pero eso no las hace infalibles, la garantía de una movilización permanente es la democracia organizativa del movimiento de masas que siempre debe contar con una organización, ya sea una simple asamblea u organizaciones más desarrolladas, para garantizar el proceso democrático.

En el último período de este proceso han surgido nuevas direcciones en todo el mundo que están rompiendo con los viejos aparatos y plantean claramente un programa anticapitalista. Es el caso del Numsa sudafricano que llamó a construir un partido de los trabajadores con un programa anticapitalista y socialista, llamando a otras organizaciones del continente a imitarlos. Se ve el proceso de nuevas direcciones en la clase obrera venezolana, en las comisiones internas de varios sindicatos en Argentina y Brasil. Más atrás el proceso comienza en China y en EEUU, atraviesa por India e Irán y llega a Europa. El surgimiento de Syriza en Grecia – a pesar de su traición posterior - o PODEMOS en España no pueden ser desligados de este proceso. Hay una rebelión de la base obrera y de los pueblos que se radicalizan. Las fuerzas represivas y los regímenes cada vez contienen menos a los pueblos en lucha. Se vio en las movilizaciones norteamericanas contra la violencia policial. Se han cortado autopistas, dejando kilómetros de vehículos inmovilizados en Berkerly y otras ciudades. Seguramente hay otros innumerables ejemplos que no se conocen o divulgan. Si tuviéramos a todos presentes veríamos con claridad cuán profundo es el proceso y como están de acorralados los capitalistas en el mundo. La democracia obrera vuelve con renovado vigor porque es la clase obrera mundial la que está nuevamente ocupando un puesto de vanguardia a diferencia de otros períodos históricos. El capitalismo en su expansión post caída del muro de Berlín, trajo como consecuencia del estallido del estalinismo y su apropiación de mercados laborales, un incremento enorme de la clase obrera y la reconversión de sectores campesinos en obreros, que provocó que la clase obrera cumpla un rol de vanguardia mundial en las luchas. Esto ha catapultado a nuevas direcciones y organizaciones que aún no tienen un grado de coordinación ni una organización sindical mundial que les plantee un plan de lucha y mucho menos una internacional revolucionaria que pueda proponer un programa socialista que seguramente saldrá del intercambio de experiencias y luchas que ella misma genere.

 Lo que está claro es que el proceso de luchas a nivel mundial es una rebelión nunca vista antes contra la miseria y los planes capitalistas, contra las direcciones burocráticas y por más democracia de los de abajo. Ésta es la materia prima para poder organizar al proletariado a nivel mundial y poder resolver la crisis de dirección en su lucha por un mundo socialista.
Tesis VIII)  Los que tienen miedo a perder sus privilegios: las viejas direcciones traidoras políticas y sindicales

Al finalizar la segunda guerra mundial hubo una gran traición del estalinismo al movimiento revolucionario entregando la revolución prácticamente en Francia, Italia y Grecia, ayudó a reconstruir el capitalismo en esos países y en Europa occidental y en el este de Europa a pesar suyo tuvo que conducir la expropiación de la burguesía por el ímpetu mismo del movimiento de masas. Eso lo logró debido al prestigio mundial de estar al frente de la primera revolución obrera triunfante en la URSS, la cual usurpó.
Su influencia resultó nefasta en África cuando las guerrillas independizaron Angola, Mozambique y Guinea o en Europa a mediados de la década del 70, cuando en Portugal frenaron la revolución, lo mismo que en Grecia y España junto a la socialdemocracia. Hoy ambas fuerzas, poderosas en el siglo pasado, se desmoronan aceleradamente justamente en esos países. Algo parecido pasó con el maoísmo en el sudeste asiático. Luego de la extraordinaria victoria de la guerrilla vietnamita contra los EEUU, la revolución se podía extender a Laos y Camboya, pero el maoísmo invadía Vietnam y a su vez éste invadía Camboya con el auspicio del estalinismo. 

Otras direcciones, con menos vuelo a nivel mundial, también pactaban o capitulaban al imperialismo o la iglesia, éste fue el caso de Walesa. En Centroamérica la guerrilla sandinista pactaba en Contadora con el auspicio del castrismo, la OLP lo hacía con el imperialismo y el sionismo. Algunos no querían hacer revoluciones como el estalinismo, otros, eran revolucionarios que hicieron la revolución democrática y antiimperialista en sus países pero no eran direcciones obreras e internacionalistas que querían llevar la lucha para mejor extender su revolución y debilitar aún más al imperialismo como un plan continental o mundial, en algunos casos ni siquiera tenían intenciones de expropiar a la burguesía de sus propios países, constituyendo un estado no capitalista.

Hoy, esas direcciones no tienen la influencia de antes, han sido debilitadas producto de la revolución política que se fue dando por la movilización y las luchas que los de abajo han llevado adelante en las últimas décadas. Sin embargo aún tienen la fuerza para dirigir importantes sectores de vanguardia por eso aún son peligrosas para la lucha, la movilización y la democracia obrera y de base. Todavía tienen mucho que perder. Salvo la burocracia china que pudo derrotar a su clase trabajadora con la masacre de Tianamen, el resto de las direcciones burocráticas y pequeño burguesas hicieron esfuerzos para no desaparecer, con el aporte inestimable de la iglesia, fueron desarrollando nuevas teorías para desarmar al movimiento de masas.

El horizontalismo, el autonomismo, la no pelea por el poder para derrotar a la burguesía, fueron algunos de ellas. Aun así el movimiento de masas, por la ausencia de una alternativa de izquierda fuerte, llevó al poder a nuevas direcciones y fenómenos políticos progresivos (no todos) que fueron influenciadas por muchas de aquellas viejas direcciones haciendo que vuelvan a cumplir un rol después de la confusión que les trajo la caída del muro de Berlín. Maduro y el chavismo burocratizado es un ejemplo de ello por la influencia del castrismo. El kirchnerismo, que no se cansa de repetir que está bien que los empresarios ganen y ganen, es una combinación de sectores reciclados del peronismo y de la pequeño burguesía argentina que con un doble discurso logró construir por algunos años una base social. Pero hoy la crisis los golpea a todos y los debilita aún más. La Socialdemocracia imperialista europea se está hundiendo y la Iglesia católica tuvo que dar un giro importante en su política para no momificarse con Benedicto XVI. El Islamismo está al servicio de las petromonarquías sunnitas o la burguesía teocrática iraní que pactan con el imperialismo.

En el sindicalismo hay un resquebrajamiento producto de la crisis y el posicionamiento ante los gobiernos, ellos también tienen mucho que perder si se impone la base obrera. La nueva vanguardia mundial y las nuevas direcciones tienen que saber que aún las viejas direcciones traidoras siguen cumpliendo un rol traidor para defender sus privilegios. No es una autopista despejada la que hay enfrente. Hay muchos desafíos que superar y es importante saber con quienes se cuenta.

El fenómeno político que está surgiendo es el que muchas de estas direcciones viejas traidoras o nuevas influenciadas, para no seguir perdiendo fuerza se acomodan junto a la burocracia más grande, a la burocracia de Beijing. Esto hace el putinismo, pero también lo hace el castrismo, lo hace el kirchnerismo en Argentina, Basher Al-asaad en Siria y cuanta dirección burocrática o pequeñoburguesa haya por ahí que no esté entregada a los brazos de Washington, Berlín, Londres o París. Es un reconocimiento del resto de las burocracias a la única que pudo reventar la revolución política en su país (China) o se recuperó como potencia mundial (Rusia). Esto no significa que por un ataque militar o económico del imperialismo occidental un gobierno independiente no tenga el derecho o la necesidad de llegar a acuerdos con China o Rusia para contrarrestar la agresión. La cuestión es ésa, si siguen siendo independientes desarrollando la movilización y la democracia o se someten al nuevo imperialismo acallando toda crítica y la democracia necesaria para defender la revolución y sus conquistas.

La crisis económica va a agudizar más la pelea interimperialista burguesa al interior de todos los países, esto va a abrir grietas en las alturas para que pueda colarse la rebelión y las luchas de los trabajadores. La situación objetiva sigue ofreciendo grandes oportunidades a los luchadores y a las nuevas direcciones. Hay que seguir el ejemplo del NUMSA que rompe con el Congreso Nacional Africano y el COSATU y con el gobierno tripartito que incluye al Partido Comunista Sudafricano que hunde en la miseria de las recetas capitalistas a los trabajadores y el pueblo sudafricano. O el ejemplo de la dirección del pueblo kurdo en lucha que combate por igual al imperialismo y al ISIS como al régimen de Basher Al-asaad. Hay que construir direcciones antiimperialistas y anticapitalistas independientes de todas aquellas direcciones burocráticas, reformistas y pequeño burguesas que viven del estado en sus países, ahora ya casi todos capitalistas. Ellos tienen mucho que perder, los trabajadores, las mujeres, los campesinos, los pobres, los hambrientos y los marginados de todo el mundo nada.

Tesis IX)    La tarea del momento: Unir la inmensa masa de luchadores y revolucionarios del mundo

a)           La crisis de la humanidad es la crisis de su dirección revolucionaria

Esta frase de Trotsky por más vieja que sea está absolutamente vigente. El siglo XX no pudo resolver este problema debido a que, a nivel mundial y de los continentes, existían direcciones traidoras del movimiento obrero de un peso tal al frente de países y regiones enteras del planeta que hacían difícil esa tarea. El estalinismo dirigiendo la URSS y el pacto de Varsovia. El maoísmo teniendo a China y su área de influencia. El castrismo con un peso propio en América Latina codirigiendo con el estalinismo y otras direcciones reformistas y pequeñoburguesas como el sandinismo. La Iglesia misma influenciando en el tercer mundo a pesar de los sectores reaccionarios en su seno que apoyaron sangrientas dictaduras militares. En África se dio una situación parecida, y ante la defección de las direcciones pan arabistas como la de Naser y la OLP, comenzaron a surgir organizaciones islamistas como direcciones de recambio para contener al movimiento de masas bajo el paraguas de la revolución iraní o de las monarquías reaccionarias de la península arábiga. En Europa, el eurocomunismo y la socialdemocracia de la II internacional tenían un peso enorme en la clase obrera a la que también dirigían sectores ligados a la iglesia como la Democracia Cristiana.

Hoy esa situación se ha despejado bastante. Como después de una tormenta tupida y llena de nubes negras, el panorama se fue abriendo, dejando todavía negros nubarrones pero también muchos espacios por donde se filtra el azul del cielo y en algunos lugares se ve hasta la luz del sol. Si hacia las últimas dos décadas del siglo XX las direcciones tradicionales, traidoras, reformistas, socialdemócratas, pequeño burguesas o burguesas nacionalistas ya estaban en una crisis profunda, hoy están en decadencia total. Esto abre un panorama objetivo no visto nunca hasta ahora, tan o más superior, por las regiones del planeta que abarca, a lo que fueron las vísperas de la revolución de Octubre. Sin embargo, si por la negativa la situación es absolutamente favorable, por la positiva aún resta resolver la crisis de dirección revolucionaria ya que no hay todavía una dirección tal que se alce por encima de su país o región para adquirir un peso internacional de masas. De todos modos están dadas las condiciones para resolverlo, no verlo así es caer en un pesimismo liquidacionista.

El siglo XXI nos encuentra ante este gran desafío, el mayor que tiene la humanidad para liberarse y avanzar en comunión con la naturaleza y la vida misma, para seguir avanzando y progresando sin explotadores y ni explotados, sin opresores ni oprimidos, en donde “los odios que envenenan al mundo” desaparezcan. No será una tarea fácil, solo la movilización permanente es la condición necesaria pero no suficiente para su resolución pero “entonces lo indispensable es luchar, luchar con rabia para ver si triunfamos, eso es indispensable, porque podemos triunfar. No hay ningún Dios que haya fijado que no podemos hacerlo.”

b)           La lucha de la clase obrera mundial, los sectores oprimidos y la defensa de la naturaleza es una sola

Esta tarea no puede ser comprendida sin señalar que la clase obrera y los sectores oprimidos que luchan en el mundo sumados a la inmensa vanguardia que defiende la naturaleza de la destrucción capitalista es una sola.

La humanidad no se va a liberar si no analiza o no llega a la conciencia universal e histórica que la lucha supera cualquier mezquindad regional o de país. Que la lucha que llevan adelante sus hermanos de clase en otros países es la misma que la que llevan en el suyo propio. Esto es extensivo a otras luchas contra la opresión sea de tipo nacional o de género. Lo mismo para la lucha en defensa del medio ambiente. La lucha contra el fracking o la explotación minera a cielo abierto no son fenómenos provinciales o nacionales, sino internacionales.

El imperialismo mismo, el viejo norteamericano/europeo o el naciente imperialismo chino, lo comprenden así también. Los explotadores y burócratas mundiales tienen conciencia de ello. Es imprescindible que los luchadores anticapitalistas y antiimperialistas vuelvan a tener conciencia de ello también. Esta falta de conciencia de la clase obrera y los luchadores es una de las más nefastas traiciones que nos deja el estalinismo al liquidar medio siglo de experiencia de lucha política y organizativa de la clase obrera mundial al liquidar a la III Internacional.

Ahora las nuevas circunstancias sociales, históricas, políticas del sistema mundial capitalista  nos obliga a tener la tarea de recuperar esa conciencia no solo para la clase obrera sino también para otros sectores oprimidos y populares que luchan contra la opresión capitalista o en defensa del medio ambiente. Es imprescindible lograr la unidad internacional de estas luchas bajo la conducción de la única clase que puede guiar la lucha hasta el final, la clase obrera. Esto no es un capricho, la clase obrera mundial es el único sector social homogéneo que no tiene nada que perder en esa lucha y la única que puede llevarnos a un sistema social, político y económico asumiendo la dirección de los medios de producción. Es la única que puede romper con las relaciones de producción capitalista y llevarnos a una sociedad sin clases sociales. La clase obrera debe tener a los pequeños productores o la clase media de aliados en su lucha contra la explotación. Del mismo modo tienen que ser sus aliados y parte de su programa, la lucha por la liberación de la mujer (El capitalismo y el patriarcado deben caer juntos) y la defensa del medio ambiente (antes de que sea demasiado tarde). Pero fundamentalmente llevar todo al plano internacional de lucha sin lo cual será efímero cualquier triunfo local o regional.

c)           El eje de construir una dirección revolucionaria mundial

Para llevar al plano internacional todas las luchas arriba enumeradas, cohesionar a la clase obrera mundial y también, bajo una campaña internacional, llevar adelante las luchas contra la opresión o en defensa del medio ambiente, se necesita ir construyendo una dirección internacional y una organización internacional que recupere lo mejor de la tradición histórica del movimiento obrero traicionada por el estalinismo.

Éste es “EL” legado, el EJE más importante dejado por León Trotsky y la teoría de la revolución permanente. Las tesis escritas por él contenían muchos desaciertos y pronósticos que no se cumplieron, sin embargo, fue el único que dio en la tecla del problema fundamental. Éste pilar es fundamental sino no se comprende nada de lo que hay que hacer. Tampoco esta tarea hay que verla desde una visión nacional. ¿En qué sentido? En el sentido de bueno, tenemos que hacerlo y salgamos a resolverlo con la experiencia adquirida en la lucha de clases de un país. No, la construcción de la dirección internacional tiene que ser una tarea colectiva en donde se condensen y sinteticen las experiencias de toda la clase obrera mundial y de todos los revolucionarios del mundo. Nunca una experiencia nacional por más importante que sea puede ser superior a la experiencia del conjunto, internacional. Lo mismo se puede decir de la dirección, jamás se va a resolver desde la visión de una dirección nacional, nunca una dirección nacional va a superar a la formación de un colectivo internacional por más raquítico que este fuese o por más brillante que fuese esa dirección nacional. Esa dirección nacional nunca se va a enriquecer tanto si no es parte de una dirección internacional.

Hoy cuando los nubarrones de las direcciones traidoras son más débiles y con menos peso en el plano mundial, cuando la clase obrera está más presente en las luchas, cuando a ésta se suman con más fuerzas la luchas de los sectores oprimidos, en primer lugar las luchas de la mujer por la igualdad de género, cuando hay más sectores que comprenden que el capitalismo está destruyendo la naturaleza y luchan contra sus planes, hoy más que nunca es absolutamente imprescindible construir la dirección internacional y su organización, una internacional socialista revolucionaria con influencia de masas. En momentos en donde el imperialismo yanqui más débil está en su historia, donde el imperialismo europeo da lástima y donde el imperialismo chino recién comienza a lograr posiciones importantes pero no ha impuesto aún su hegemonía, y donde ganar a la clase obrera de estos países es clave, para ellos es imprescindible construir la internacional. Para esto no hay que esperar un año, un mes o una semana, hay que empezar ya mismo a construirla, no hay que demorarse un segundo más.
Tesis X)      El Socialismo Mundial: Un programa vigente y actualizado para la movilización permanente para acabar con el sistema capitalista y patriarcal

Éste no pretende ser un programa acabado ni mucho menos cerrado, tampoco una línea nacional ya que cada país debe tener una respuesta específica a la situación particular. Pretende solamente ser un vínculo o puntos mínimos alrededor del cual articular un plan de acción para reagrupar a los luchadores y los revolucionarios del mundo en lucha contra el sistema mundial capitalista. “Son tus huellas el camino” decía un poeta, por lo tanto más que indicar el camino, solo pretende ser la ropa, los zapatos y el equipaje que tenemos para llevar en nuestro caminar sabiendo que nuestro horizonte es la liberación de la humanidad de este sistema.

1)      Contra los planes de austeridad capitalista, contra el pago de la deuda para que la crisis la paguen los banqueros y capitalistas y no el pueblo. Después de la crisis del 2008 los capitalistas de todos los países del mundo el único plan que tienen es hacerle pagar al movimiento de masas trabajadoras los platos rotos que ellos han provocado. En lugar de resolver los problemas ocasionados al pueblo, lo único que han hecho los gobiernos, empezando por el imperialismo yanqui, es salvar a los bancos comprándoles toda su deuda, provocando que el trabajador o desocupado que no pueda pagar sus hipotecas sea desalojado sin más. La desocupación llegó a niveles catastróficos en Europa, haciendo que muchos sectores entren en la pobreza más extrema. El hambre es crónico en África y los salarios de hambre se pagan en todos los continentes. Que por ley no se despida a ningún trabajador, si no se expropia la fuente de trabajo para mantener la plena ocupación, escala móvil de horas de trabajo y escala móvil de salarios ajustados al costo de vida. Destinar parte del PBI mundial a las necesidades más acuciantes para acabar con el hambre y la miseria en el mundo. Altos impuestos a los banqueros y acabar con la especulación financiera ¡Hay que hacerle pagar la crisis a quienes la provocaron!

2)      Apoyo a todas las luchas obreras y populares. En todos los países hay infinidad de luchas obreras, campesinas, de sectores populares empobrecidos, de los inmigrantes, de las nacionalidades oprimidas, de la mujer, etc. Todas esas luchas tienen que ser apoyadas para que triunfen, para que a su vez dé impulso a la movilización y para incorporarlas como parte de un programa de lucha, apoyándolas pero siendo al mismo tiempo independientes de su coyuntural dirección. En el camino de la lucha por el gobierno la clase trabajadora no estará sola sino que debe saber incorporar todas esas reivindicaciones y ser capaz de luchar por el gobierno, dejando de lado el sectarismo testimonial, y ser capaz de llegar al poder con otros aliados que rompan con el imperialismo capitalista.

3)      Por la solidaridad internacionalista de la clase obrera y los pueblos en lucha contra el imperialismo, la opresión y el capital. Nuestra lucha es la lucha por construir una sociedad socialista. Ésta solo puede ser mundial o no será. La derrota final del sistema capitalista imperialista se podrá llevar adelante con la más firme solidaridad internacionalista con la lucha de los pueblos que enfrentan al imperialismo, las transnacionales o sus gobiernos capitalistas. Esto se debe traducir en campañas concretas, internacionales. En este momento eso pasa por apoyar al pueblo kurdo y su revolución contra el régimen de Basher Al-Asaad y el régimen fascista de Erdogan. Apoyar la lucha del pueblo palestino contra el ocupante sionista. Apoyar a los estudiantes. Apoyar el reclamo de independencia del pueblo Catalán contra el opresor estado y régimen monarquico español. Llevar adelante una campaña internacional contra el fracking, contra Monsanto y la explotación minera a cielo abierto. Una campaña internacional contra la violencia racista y policial en los EEUU, etc., etc. En cada momento concreto hay que detectar cuáles son los ejes por donde pasa el proceso revolucionario mundial y apoyarlo.

4)      Por la más absoluta igualdad de género contra la sociedad patriarcal machista capitalista. No es posible la liberación de la humanidad del sistema capitalista sin la liberación de la mujer y la lucha por la igualdad de género. En este sentido hay que reconocer en la revolución kurda a la vanguardia absoluta en este terreno. En todos los estamentos de la vida política y social del Rojava, todas las organizaciones (excepto aquéllas integradas solo por mujeres como movimientos de la mujer o la unidad de defensa de la mujer YPJ) tienen dos máximos dirigentes, una mujer y un hombre. Lo que señala la investigadora kurda, Dilar Dirik, me exime de otros comentarios. “Las leyes tienen como objetivo eliminar la discriminación de género. Por ejemplo, los hombres que ejercen violencia contra las mujeres no pueden ser parte de la administración. Uno de los primeros actos del gobierno fue la criminalización de los matrimonios forzosos, la violencia doméstica, los asesinatos por honor, la poligamia, el matrimonio infantil y el “precio de la novia”. No sorprende que muchas mujeres árabes, turcas, armenias y asirias se unan a las filas armadas y a las administraciones en Rojava. El objetivo es asegurarse de que la sociedad internalice el hecho de que la liberación de las mujeres es un principio básico para la liberación y la democracia en lugar de ser sólo responsabilidad de las mujeres. La revolución debe cambiar la mentalidad patriarcal de la sociedad. De lo contrario, la historia se repetirá y las mujeres, que han participado activamente en la revolución, lo perderán todo una vez se logre la “liberación”. Esto es lo que les ha pasado a muchas mujeres en otros lugares del mundo. Por esto, el concepto de revolución debe incluir activamente al 50 por ciento de la población si pretende conseguir una libertad verdadera.

5)      Contra los planes extractivistas y destructores de la naturaleza y el medio ambiente. Por una planificación eco-socialista que defienda la naturaleza. El sistema capitalista ha tenido un “enorme” desarrollo de la técnica, “enorme” ante los ojos posibilistas que piensan que no frena el desarrollo de las fuerzas productivas. Sin embargo la ciencia y la técnica podrían avanzar mucho más sin el criterio sacrosanto de avanzar solo con el fin de obtener ganancias. Por eso los “avances” de la ciencia y la técnica capitalista son absolutamente limitados y no al servicio de quien crea la riqueza y es la principal fuerza productiva, que es el ser humano, en última instancia, creador de esa ciencia y técnica limitada por el capital. Por eso consideramos que en realidad el capitalismo está destruyendo a su principal fuerza productiva que es el ser humano. El capitalismo es al revés que un avance, crea enfermedades para vender el remedio. Pero ahora, el capitalismo también utiliza la ciencia y desarrolla nuevas técnicas que está destruyendo la naturaleza y el medio ambiente en donde vivimos. Está poniendo en riesgo la vida misma sobre la tierra. Por eso es fundamental incorporar a un programa de lucha las reivindicaciones de la lucha medio ambiental, contra el Fracking, el uso de agrotóxicos y alimentos modificados genéticamente, la minería contaminante que envenenan tierra, mar, ríos y el aire e incorporar el uso de las energías renovables reduciendo la creación de monóxido y bióxido de carbono que producen la suba de la temperatura de la tierra descongelando las capas heladas de los polos y los glaciares.

6)      Por la más amplia democracia. Contra la burocracia, asamblea periódicas que discutan y resuelvan todo. Por direcciones elegidas democráticamente con mandatos rotativos y revocables. Que los dirigentes electos en la función pública ganen lo mismo que un obrero calificado y utilicen los hospitales y escuelas públicas.  Por las más amplias libertades de expresión, prensa y acceso a medios audiovisuales. Por la libertad cultural y religiosa. Por la convivencia pacífica entre las distintas nacionalidades y culturas, en contra del sometimiento de una religión sobre otras o de una nacionalidad sobre otras. Combatimos a las bandas fascistas como el ISIS u otras expresiones neonazis. Por la libre sindicalización y organización política de la base de las fuerzas armadas y la prohibición de reprimir luchas obreras o populares. Contra la injerencia del estado en las organizaciones sindicales. Luchamos contra todo régimen totalitario que impida la libre expresión de diferencias y opiniones en las organizaciones políticas, sociales o sindicales del movimiento de masas.

7)        Por la construcción de  la más amplia unidad de la Izquierda política y social para llevar al gobierno los planes anti austeridad y para resolver las necesidades más acuciantes del movimiento obrero y de masas. A pesar de la traición del gobierno de Syriza en Grecia consideramos que la formación de frentes u organizaciones amplias de la izquierda política social son herramientas muy importantes por dos motivos: a) socava la fortaleza de los partidos tradicionales en el poder poniendo en crisis los regímenes políticos burgueses sin lo cual hace más difícil el surgimiento de una propuesta de izquierda en la cual las organizaciones revolucionarias puedan crecer. b)  Las organizaciones revolucionarias están en mejores condiciones de impulsar la movilización y construirse aun en los casos en que un hipotético frente de este tipo llegue al gobierno. Lo importante a tener en cuenta es lo siguiente: saber que el gobierno no es el poder y también no hacer seguidismo a ala reformista que esta unidad pueda tener ya que al momento de una claudicación hay que tener más firmeza que nunca. Por ejemplo, en el caso de Syriza eso quedó claro a las 24 horas después del triunfo del NO en el referéndum. La vida es dialéctica y la dialéctica es movimiento, saber bien cómo y cuándo hacer un movimiento es fundamental. Ni el sectarismo que siempre tiene el mismo discurso o su reverso, el oportunismo, que no sabe cambiar a tiempo, pueden crecer al calor de la lucha de clases.
El HDP en Turquía o la construcción del PSOL en Brasil, son ejemplos de que es posible brindar una opción de izquierda antisistema y radical, que lejos del sectarismo testimonial, se plantee el problema de gobernar. En algunos países es posible que la izquierda reformista gire cada vez más a la derecha y no acepte una unidad amplia. En este caso la izquierda revolucionaria debería unirse en la diversidad para brindar una alternativa al movimiento de masas obrero y popular.
Estas experiencias son muy importantes para aprender, corregir y elaborar. Llamamos a construir una nueva izquierda que abandone las posiciones defensivas de la época de supremacía estalinista en donde había que preservar el legado del marxismo y el leninismo y pase a la ofensiva sabiendo actualizar el programa de transición y de respuestas a la crisis sistémica y estructural del sistema capitalista imperialista.

8)      Ninguna tregua a los gobiernos y partidos de la burguesía, por gobiernos de los trabajadores y el pueblo. Los gobiernos que defienden al capitalismo y administran el estado a favor de las corporaciones, bancos, el capital financiero e industrial y están en crisis y son embestidos por la lucha del movimiento de masas. No hay que depositar un gramo de confianza en sus engaños. Tampoco hay que confiar en las corrientes sindicales burocráticas conciliadoras o las direcciones pequeño-burguesas que pactan con la burguesía. Solo rompiendo con ésta e impulsando un programa de ruptura con los planes capitalistas pueden ser aliados tácticos de las organizaciones obreras y sus partidos. Llamamos a que la clase obrera y el pueblo confíe en sus propias fuerzas y tome en sus manos el gobierno socializando a los medios de producción y de cambio. Esto es el ejercicio del poder obrero y popular.


9)      Por la unidad y la construcción de una dirección y organización internacional alrededor de los puntos de este programa. Se propone este programa a todas las organizaciones de izquierda y revolucionarias del mundo. Es un compendio mínimo que los revolucionarios del mundo debemos llevar a las masas obreras, populares, explotados y oprimidos del planeta. Más allá de las distintas tradiciones, experiencias históricas, desarrollos políticos, es imperativo construir esta dirección internacional porque ninguna organización nacional por más brillante que fuese puede resolver los problemas de un país y menos aún acabar con el sistema mundial capitalista. Esta unidad no es una unidad cualquiera sino que se basa en un claro programa revolucionario  que es perfectible. En ese camino se probarán muchas direcciones, habrá triunfos y fracasos pero es la única manera de construirlo. Ninguna corriente debería tener miedo de ser minoría en esa internacional, al contrario, sería parte de una internacional de centenares de miles o millones de trabajadores, mujeres y otros sectores explotados u oprimidos. Ésta es la única manera de comenzar a resolver el problema de los problemas de la humanidad, la crisis de su dirección revolucionaria.



[i] Los cálculos de Oxfam se basan en los datos del Global Wealth Databook publicado en noviembre de 2017 de Credit Suisse sobre la distribución de la riqueza a nivel global. Se ha calculado la riqueza de las personas más ricas del mundo utilizando la lista de milmillonarios de Forbes publicada en marzo de 2017
[ii] “La bancarrota de la II Internacional
V. I. Lenin
Mayo-junio de 1915

Para un marxista resulta indudable que la revolución es imposible si no se da una situación revolucionaria, pero no toda situación revolucionaria conduce a la revolución.(subrayado mío)

¿Cuáles son, en términos generales, los signos distintivos de una situación revolucionaria?
Estamos seguros de no equivocarnos al señalar estos tres signos principales:
La imposibilidad para las clases dominantes de mantener su dominio en forma inmutable; tal o cual crisis en las “alturas”, una crisis de la política de la clase dominante, abre una grieta por la que irrumpen el descontento y la indignación de las clases oprimidas. (Que “los de arriba no puedan vivir” como hasta entonces)
Una agravación, superior a la habitual, de la miseria y las penalidades de las clases oprimidas. (Que “los de abajo no quieran” vivir como antes)
Una intensificación considerable, por las razones antes indicadas, de la actividad de las masas, que en tiempos “pacíficos” se dejan expoliar tranquilamente, pero que en épocas turbulentas son empujadas, tanto por la situación de crisis en conjunto como por las “alturas” mismas, a una acción histórica independiente.

El conjunto de estos cambios objetivos es precisamente lo que se llama situación revolucionaria

…la revolución no surge de toda situación revolucionaria, sino solo de una situación en la que a los cambios objetivos antes enumerados viene a sumarse un cambio subjetivo, a saber: la capacidad de la clase revolucionaria para llevar a cabo acciones revolucionarias de masas lo bastante fuerte como para destruir (o quebrantar) al viejo gobierno, que jamás “caerá”, ni siquiera en las épocas de crisis, si no se lo “hace caer”.

Tales son los puntos de vista marxistas sobre la revolución, puntos de vista desarrollados infinidad de veces y reconocidos como indiscutibles por todos los marxistas…

…El deber indiscutible y esencial de todos los socialistas:

revelar a las masas la existencia de una situación revolucionaria,
explicar su amplitud y su profundidad,
despertar la conciencia y la decisión del proletariado,
ayudarlo a pasar a las acciones revolucionarias y a crear organizaciones que respondan a la situación revolucionaria y sirvan para trabajar en esa dirección.”

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