La Necesidad de una Dirección Internacional Revolucionaria. (Parte I): La esencia del Trotskismo

En la conciencia política del proletariado y de los pueblos del mundo en general hasta la segunda guerra mundial, existía la convicción – a nivel del movimiento de masas – de que ningún triunfo parcial podría llevar a la aspiración de un mundo libre de opresión y explotación si no se planteaba una lucha mundial por ella ya que los trabajadores y excluidos del mundo son hermanos más allá de las fronteras que los separan. Esa convicción incluía la existencia, de modo natural, de una organización – y dirección – mundial de la revolución socialista: La Internacional.

Luego de la II Guerra Mundial y el prestigio que otorgó al estalinismo como parte de la derrota del nazismo en la misma y, la errada política llevada a cabo por la IV Internacional al no ver que esa guerra era entre regímenes – los democráticos burgueses versus el nazismo – y la división provocada por los anti-defensistas que confundían la defensa de la URSS con la defensa del estalinismo y la posterior crisis de dirección tras la muerte de Trotsky, hizo que la IV Internacional fuese solo parte de una vanguardia marginal que tuvo el mérito – es importante señalarlo – de conservar la tradición revolucionaria heredara del Marxismo y los aportes de Lenin y Trotsky.

A pesar de la gran obra de reconstruir la Internacional por parte de Nahuel Moreno que construyó una importante organización – La LIT-CI (Liga Internacional de los Trabajadores) – y el partido en su momento más importante del trotskismo a nivel mundial, el MAS, tras su muerte y el debilitamiento que esto generó en la dirección, y por los distintos análisis y perspectivas que generaron la caída del muro de Berlín, la caída del aparato estalinista a nivel mundial y de la URSS, provocaron una crisis y disgregación que hoy seguimos pagando. La LIT-CI y sus partidos se dividieron y, por sectarismo u oportunismo o por nacional-trotskismo, sus herederos no pudimos resolver la crisis de dirección revolucionaria. Ni siquiera hemos comenzado.

Aquella conciencia política, natural, que existía entre los trabajadores y las masas oprimidas del mundo prácticamente ha desaparecido incluso entre sectores dirigentes del propio trotskismo, lo que es peor.

Sin embargo la situación mundial y la crisis terminal del sistema capitalista mundial hacen improrrogable esa tarea. En el mundo se libra una lucha política feroz entre el gran capital, el imperialismo y sus representantes por un lado y un movimiento de masas que cada día se levanta con más decisión a la lucha. Lo vemos en Medio Oriente, con los heroicos pueblo kurdo y palestino, y en África con las masas obreras sudafricanas que empujan la revolución desde el sur. En el enorme, gigantesco proletariado chino e hindú que tienen un poder cada vez más grande. En las masas europeas y norteamericanas contra los planes de austeridad. En el pueblo obrero y popular de la América Latina que tras su experiencia de derribar gobiernos a fines del siglo XX y principios del XXI, sigue haciendo su experiencia buscando una salida pero sin olvidar aquellas luchas. En todo el mundo por igual la amenaza de la depredación de la naturaleza y el cambio climático hacen que haya grandes movilizaciones en defensa del medio ambiente. Lo mismo podemos decir de la lucha contra el patriarcado y el femenicidio que miles de mujeres en el mundo libran contra la opresión machista patriarcal.



Sin embargo todas estas luchas carecen de una dirección internacional que las lleve al triunfo, que las eleve a nivel mundial ya que la victoria final no puede ser otra si no la que acabe con el sistema capitalista en todo el planeta. Como bien dicen las compañeras combatientes kurdas del YPJ, ellas luchan por la humanidad y por todas las mujeres del mundo demostrando un alto grado de internacionalismo, pero esa pelea para que sea un éxito no puede limitarse al Kurdistán o al Medio Oriente o a un método preciso de lucha, si no que tiene que ser parte de una lucha internacional que tiene que tener indefectiblemente una dirección internacional de la cual ellas también tienen que ser parte.

Hacer posible lo necesario

Por su lado el capitalismo en crisis nos lleva cada día a más barbarie social y destrucción por su sed insaciable de extraer ganancias a costa de la naturaleza y de la población.  Cada día que pasa se confirma que los de arriba no pueden seguir gobernando como antes y los de abajo ya no quieren seguir siendo gobernados como hasta ahora. Y no por un coincidencia, al contrario, cada vez se nota más la divergencia y la brecha que hay porque entre cada propuesta de los de arriba y los de abajo que le responden con más luchas e indignación. La política hoy es imprevisible como lo demuestran las recientes elecciones británicas. Por eso hoy, es más necesario que en ningún otro momento de la historia hacer posible lo necesario: Construir una dirección revolucionaria internacional.

No es la primera vez que esto se plantea y mucho menos es la primera vez que, seguramente, haya reparos o dilaciones como que no es posible hacerlo ahora, que tienen que haber partidos más fuertes o que un hecho de la lucha de clases mundial será la que lo imponga. Repasemos un poco la lucha que sobre esto dieron tanto Lenin, como Trotsky y también Nahuel Moreno.

Lenin

Lenin describía, en medio de la peor hecatombe mundial, la 1° Guerra en 1915, en una situación en donde las masas no se movilizaban contra sus gobiernos sino que estaban emborrachadas por lo peor del patrioterismo nacionalista y ante la votación de los créditos de guerra por parte de los partidos socialdemócratas, con el contundente título calificativo de  “La bancarrota de la II Internacional”, cómo era la situación política en ese momento, en Mayo-junio de 1915:

Para un marxista resulta indudable que la revolución es imposible si no se da una situación revolucionaria, pero no toda situación revolucionaria conduce a la revolución.

¿Cuáles son, en términos generales, los signos distintivos de una situación revolucionaria?
Estamos seguros de no equivocarnos al señalar estos tres signos principales:
La imposibilidad para las clases dominantes de mantener su dominio en forma inmutable; tal o cual crisis en las “alturas”, una crisis de la política de la clase dominante, abre una grieta por la que irrumpen el descontento y la indignación de las clases oprimidas. (Que “los de arriba no puedan vivir” como hasta entonces)
Una agravación, superior a la habitual, de la miseria y las penalidades de las clases oprimidas. (Que “los de abajo no quieran” vivir como antes)
Una intensificación considerable, por las razones antes indicadas, de la actividad de las masas, que en tiempos “pacíficos” se dejan expoliar tranquilamente, pero que en épocas turbulentas son empujadas, tanto por la situación de crisis en conjunto como por las “alturas” mismas, a una acción histórica independiente.
El conjunto de estos cambios objetivos es precisamente lo que se llama situación revolucionaria
…la revolución no surge de toda situación revolucionaria, sino solo de una situación en la que a los cambios objetivos antes enumerados viene a sumarse un cambio subjetivo, a saber: la capacidad de la clase revolucionaria para llevar a cabo acciones revolucionarias de masas lo bastante fuerte como para destruir (o quebrantar) al viejo gobierno, que jamás “caerá”, ni siquiera en las épocas de crisis, si no se lo “hace caer”.
Tales son los puntos de vista marxistas sobre la revolución, puntos de vista desarrollados infinidad de veces y reconocidos como indiscutibles por todos los marxistas…
…El deber indiscutible y esencial de todos los socialistas:

Revelar a las masas la existencia de una situación revolucionaria,
Explicar su amplitud y su profundidad,
Despertar la conciencia y la decisión del proletariado,
Ayudarlo a pasar a las acciones revolucionarias y a crear organizaciones que respondan a la situación revolucionaria y sirvan para trabajar en esa dirección.”

Una definición bien objetiva de la realidad y con tareas concretas. Ese es el marco que Lenin daba a la situación de 1915 cuando se realiza la conferencia de Zimmerwald. En esta conferencia se reunieron treinta y ocho delegados socialistas de once países, tanto neutrales como beligerantes. La conferencia debatió principalmente la postura de los socialistas frente a la guerra mundial. La II Internacional había traicionado y la mayoría de los socialistas habían respaldado los esfuerzos bélicos de sus países frente a la solidaridad de clase internacional. La postura minoritaria de oposición al conflicto se reunió en Zimmerwald, donde se dividió en dos fracciones:
1) La llamada Izquierda de Zimmerwald o «derrotistas», encabezados por Lenin, que consideraban la Internacional acabada y defendían la formación de una nueva organización constituida exclusivamente por los socialistas que se oponían a la guerra y que deseaban convertir la confrontación entre naciones en una lucha civil entre clases.
2) Los «internacionalistas» - se llamaban así - mayoritarios en la conferencia, que abogaban por la reconstitución de la II Internacional, que debía ayudar a lograr la paz y mantenerla. La mayoría de los dirigentes socialistas rusos se integraron en esta corriente.

La posición de Lenin, minoritaria, fue rechazada debido al carácter casi pacifista de la izquierda en ese momento. Solo 8 de los 38 acompañaron la posición de Lenin. En fin, la Conferencia de Zimmerwald fue el germen de la Revolución rusa y de la Tercera Internacional. No había entonces un crecimiento “exorbitante” de los bolcheviques y, los internacionalistas que como Lenin querían una nueva internacional, cabían en un sillón. A pesar de lo que opinaba sobre la situación objetiva no creo que a Lenin le haya importado eso para considerar fundar una nueva internacional. ¿Desde cuándo la construcción del partido (mundial o nacional) depende de la situación objetiva y no de los revolucionarios?

Trotsky

A Trotsky se le “ocurrió” fundar la IV en 1933 en medio de una etapa absolutamente contrarrevolucionaria previa a la II guerra mundial y cuando la III Internacional emanaba su podredumbre total en su inacción ante el ascenso del nazismo. Su fundación finalmente se realiza en 1938. Es importante señalar aquí las discusiones que hubo entre los seguidores de Trotsky ligados a la Oposición de Izquierda. Hubo algunos que plantearon que no había habido ningún acontecimiento importante que justificase la fundación de la IV. No olvidemos la importancia que en el imaginario tenía la III internacional, disuelta posteriormente en 1943 por Stalin. En la conferencia de fundación de la IV un delegado polaco planteó que “La III fue creada después de la victoria de la revolución rusa y con un gran número de partidos comunistas ya formados. Aunque la izquierda zimmerwaldiana fuese mucho más fuerte que nosotros hoy, los espartaquistas estuvieron contra la proclamación de la III Internacional. Nosotros no tenemos numerosas organizaciones ni ellas tienen influencia de masas, sobre todo en los sindicatos”.  Como se ve el delegado polaco omite la lucha de Lenin antes de la Revolución Rusa que de no ser por su activa participación ni se hubiera concretado y tampoco observó que en 1915 nadie era adivino, ni Lenin, para suponer que en dos años más habría pasado lo que pasó. Una lucha que Trotsky emprendió antes de 1938 ya que la quería fundar en la conferencia internacional de 1936. Nótese que como “corriente internacional” existían partidos o grupos seguidores de Trotsky y ligados a la Oposición de Izquierda sin que eso signifique dirección internacional.



Moreno

Se podría hacer una historia de la principal actividad militante de Moreno. Quien haya tenido acceso a su biografía vería su obsesión por la construcción de una dirección internacional. Cuando eran apenas un pequeño grupo de militantes en Argentina, en 1948 participó en el segundo congreso de la IV Internacional. En el año 49 hubo una importante discusión sobre los nuevos estados obreros. En 1951 se convoca el tercer congreso de la IV y se discute sobre el “entrismo sui generis”, una verdadera tragedia para los partidos de la IV y por ese motivo en 1953 un sector (en el cual participaba Moreno) rompe y forma el Comité Internacional. Como la dirección del Comité Internacional no quería organizarse de manera centralista, democrática y para la acción, en 1957 la tendencia de Moreno forma el secretariado Latinoamericano del Trotskismo Ortodoxo (SLATO). En base a importantes coincidencias acerca de la revolución cubana, se logra reunificar al movimiento trotskista en 1963 bajo la IV Internacional. En solo 15 años, desde 1948 a 1963, con el estalinismo mundial como principal dirección de la izquierda y de la vanguardia mundial, la vida del movimiento trotskista era tan plena como la militancia de Moreno por construir esa dirección y organización internacional.

En el noveno congreso (1969) hubo una división neta alrededor de la política guerrillerista de Mandel (Secretariado Unificado – SU – de la IV) para América Latina y la claudicación a la vanguardia juvenil ultraizquierdista. En 1973 se forma la Fracción Leninista Trotskista entre el SWP norteamericano, el PST argentino y otros partidos para enfrentar a la política mandelista. Esta fracción estalla en 1975 alrededor de diferencias por la revolución portuguesa y la guerra de Angola. Partidos de Colombia, Brasil, Perú, México, Italia y España, entre otros, además de la organización argentina, formaron en 1976 una tendencia (Tendencia Bolchevique – TB) que, en pocos años habría de romper con el SU y, sumando el aporte de dirigentes y organizaciones provenientes de otras corrientes, se convertiría en la LIT-CI. La revolución nicaragüense de 1979, alrededor de problemas de principio, hace que la tendencia liderada Moreno rompa con el SU e intente construir una nueva organización con el lambertismo (corriente trotskista francesa) que no prospera por diferencias alrededor del nuevo gobierno socialista de Miterrand en Francia en 1981. La LIT-CI se funda en 1982 y se transformó en la principal organización internacional del Trotskismo en América Latina con una importante presencia en Europa.

Este resumen no tiene otro objetivo que mostrar cómo hasta su muerte, Nahuel Moreno tenía como principal preocupación la construcción de una dirección y organización internacional. Con o sin acontecimientos mundiales de envergadura, con crisis y divisiones, no hubo obstáculo para continuar con esa titánica y fundamental tarea. Es alrededor de todas esas circunstancias que se forja una dirección pero es el único camino a recorrer. En una carta personal a la conferencia del partido argentino (PST) del año 1979, por ejemplo, a modo de balance de los tres años precedentes del PST, Moreno señala que “La dirección del partido argentino, tanto la vieja como la nueva, va a tener una línea constante de apoyo total a la construcción de la TB. Un apoyo desmedido en el mejor sentido de la palabra, es decir, haciendo cualquier tipo de esfuerzo para construir la tendencia”, “Al hacer cualquier balance de estos tres últimos años, debe ser un capitulo fundamental del mismo, la valoración y definición de la TB y la actual FB”.

La Esencia del Trotskismo

Ya con la LIT-CI consolidada, en una escuela de cuadros de 1984, Nahuel Moreno planteaba a los cursistas:

Antes que nada, el eje de la teoría de la revolución permanente de Trotsky, es el carácter internacional de la revolución, la revolución socialista internacional. Es decir, que el punto central de todo programa de un partido es que la gran tarea no es hacer una revolución socialista nacional, sino internacional. Y creo que es de vida o muerte que la Cuarta se fortifique y surja un partido mundial fuerte; que el partido mundial y sus secciones tengan como objetivo central hacer la revolución socialista en el mundo; que para eso haga todos los sacrificios, todo lo que sea necesario; que tenga la línea del Partido Bolchevique: "Preferimos que se hunda Rusia pero que se haga la revolución en Alemania, porque es un país mucho más importante". Que esa sea una política viva, de todos los días; como [hacemos] nosotros en la LIT. A la LIT le importa un carajo que el partido argentino se vaya para abajo, si el partido brasileño se va para arriba. Esto sería una gran noticia. Si fuera así, si fuera posible cambiar la Internacional y se nos planteara dónde queremos tener el actual partido argentino y dónde el brasileño, en la LIT no dudaríamos ni un minuto en llevar [el partido argentino] a Brasil y el partido brasileño a la Argentina.

“En cambio, si le planteamos lo mismo al Frente Sandinista de Liberación Nacional, hay tres y sólo tres alternativas: a lo mejor nos disparan una ráfaga de ametralladora o nos meten presos o nos mandan a un hospital psiquiátrico. ¡Cómo vamos a proponerles que se rompan el alma para que triunfe [la revolución] en El Salvador, que es mucho más importante que Nicaragua [aunque eso signifique que] ellos hundan Nicaragua! Ellos ya tuvieron en su manos [la posibilidad de] reventar toda Centroamérica y, cuidando su negocito, no lo hicieron” (…) Se necesita un partido que vea esto, lo diga y tenga una política acorde: es decir, ser internacionalista, estar por la revolución socialista, ser consciente, programáticamente partidario de la revolución socialista internacional.
Porque los sandinistas y demás son parte de la revolución socialista internacional, pero ellos la ven como suma de revoluciones socialistas o democráticas nacionales. Como suma: no articulada como una sola revolución.

“Así que, cáiganse de espaldas, después de desnudarnos descubrimos que la esencia del trotskismo es esa sola gran categoría: la revolución socialista internacional.”

“Por eso, nosotros, que siempre dijimos «los trotskistas estamos equivocados», somos más trotskistas que nunca”. Escuela de cuadros, Argentina 1984

Desde ya que Moreno, junto con esa sola gran categoría, “la esencia”, agregaba otros principios que guiaban la construcción de un partido trotskista, pero esos puntos no son de discusión en este artículo y en general  hacen parte de la construcción de varios partidos que no fallan a ello. Lo importante aquí tiene que responder a esta pregunta, después de la muerte de Moreno, ¿Cuál es el balance internacional de cualquier corriente del movimiento trotskista como dirección y organización internacional como tal desde la ruptura de la LIT-CI y de las organizaciones internacionales que se desprendieron de ella?


Ya sea por sectarismo,  oportunismo o posibilismo, ninguna de las actuales siglas o corrientes actuales herederas de la IV Internacional tuvo como norte buscar construir un verdadero equipo de dirección revolucionaria internacional que comience a gestar y a tratar de resolver la crisis de dirección de la humanidad, su crisis de dirección revolucionaria [Continuará…]

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