Trump: se agudiza la crisis mundial capitalista



Desde que este millonario apareció en la escena política disputando en el Partido Republicano norteamericano a los candidatos de carrera política, a los depositarios de la confianza del establishment de uno de los dos hacedores del régimen bipartidista yanqui, se hicieron todo tipo de conjeturas sobre sus discursos, su emporio, sus programas televisivos, sus posturas misóginas, rascistas, sexistas, etc.

Desde la intelectualidad académica “bien” y desde los medios de comunicación que apañan a los anteriores no dejaron de llover las criticas pero tampoco las mofas ocurrentes y hasta las expresiones apocalípticas de que pasaría si llegaba a ganar. Toda una cobertura que no explica nada y que oculta la verdad de manera supina.
Vamos a tratar de levantar el velo oscuro que tapa la realidad de una manera más material y tratar de llegar desde lo general a lo particular del fenómeno y volver a reconstruir la realidad lo mejor posible.

Una crisis crónica del capitalismo

Lo que se llamó y se llama “Globalización” no era - ni es - la superación de los estados nacionales (imperialistas o dependientes) para dar paso al dominio de lo supranacional, las fuerzas financieras, multinacionales o corporaciones monopólicas, etc. simplemente se trató de una etapa de sincerar la economía mundial como un todo y, al caballo del “fin de la historia” o del “fracaso del Socialismo”, poner toda la fuerza militar, política y económica al servicio de esa economía mundial capitalista.

Mucho antes de la caída del muro de Berlín, apenas terminada la segunda guerra mundial, se crearon las instituciones para tal fin, pero había un problema que involucraba a una tercera parte de la humanidad, lamentablemente dirigida por una casta parasitaria y burocrática que solo defendía sus intereses. Una vez vencida la resistencia que aquella ofrecía al imperialismo defendiendo sus intereses de casta, sea por que fracasó en aplicar reformas (URSS) o por aplastar la resistencia popular (China), el mundo comenzó a crear las condiciones de llevar adelante la expansión del comercio y abrir a los mercados a toda esa población ahora explotada.

Quedarían otros obstáculos que derribar por el control de la energía (petróleo, gas, minerales) y la liberación de otros mercados pero las luchas obreras y populares contra los planes económicos ofrecían tal resistencia que le ganan siempre la carrera a la política para encarrilar la economía mundial pues ésta es absolutamente antagónica a las necesidades del movimiento de masas y, a pesar de no contar con una dirección a nivel mundial, esas luchas siempre provocaban una crisis cada vez mayor.

La “globalización” era mayor liberalización de la economía mundial, tratados de libre comercio, pero también más guerra, desplazamiento de millones de seres humanos, y más crisis de dirección, pues allí donde una dirección se opusiera a esos planes, cualquiera sea la naturaleza de esa dirigencia sumado a la falta de una dirección revolucionaria, lo que venía después era más caos y direcciones reaccionarias o contrarrevolucionarias, pues nada podía surgir a favor de quienes llevaron la guerra y la muerte a esos países.

Este suceder de aplicar una “contrarrevolución económica permanente” para encarrilar la economía mundial y las luchas que está generaba hizo retroceder al imperialismo en buena parte del planeta en manos de gobiernos llamados progresistas” en administrar el capitalismo y a comenzar a perder el control de buena parte de varios continentes en manos de la burocracia-burguesa china - neo-imperialismo burocrático secundado por la putinklatura moscovita - y hacer caer a la tercera parte del comercio mundial, a Europa, en la peor crisis de su historia. El estallido de la crisis mundial del 2008 fue la consecuencia sincera del fracaso del sistema capitalista y la causa que inició una nueva etapa de su permanente fracaso que se sincerará en una próxima crisis mundial.

Una crisis política de representatividad

Esto no podía dejar de tener una consecuencia natural, como lo es la ley de la gravedad, a nivel político en todo el planeta. No hay prácticamente régimen político en el mundo que no esté sufriendo las consecuencias de aplicar una “contrarrevolución económica”.

Por un lado no podemos olvidar los procesos explosivos, por la represión, que se dieron con la caída dictaduras de décadas como las de Ben Ali en Túnez o Mubarak en Egipto. Que después la falta de una dirección alternativa provoque retrocesos reciclando viejas direcciones o permitiendo una recuperación del régimen no significa que ésta no sea la dinámica para un futuro en estas situaciones.

Y en situaciones más estables, con partidos políticos experimentados, también los regímenes bipartidistas ven a sus pies como se mueve la tierra en verdaderos terremotos políticos. En el caso norteamericano como en el resto del mundo el proceso de descomposición no es tan explosivo como en una dictadura cuando la situación no se tolera más, pero como en todo cuerpo su envejecimiento es inevitable.

Hay muchos ejemplos de cómo las masas han dado la espalda a varios partidos bipartidistas en el mundo, pero el surgimiento de algo nuevo es un proceso que, al carecer de una dirección revolucionaria anticapitalista con influencia de masas que lo impulse, hace que la gestación sea más lenta y que haya frustraciones y retrocesos. Eso lo vamos a seguir viendo mientras tanto, pero son procesos necesarios, diría que imprescindibles.

El triunfo de Trump como el surgimiento de Bernie Sanders en el partido demócrata, consagra en EEUU lo que sucede en el resto del mundo.

La economía-mundo en pánico

Trump es un declarado racista, misógino-machista y su triunfo recibió el saludo del Ku-Klux-Klan entre otras impresentables organizaciones como el partido nazi norteamericano. El único dirigente de nivel internacional que brindó su triunfo fue Putin. Es de derecha pero no del establishment como lo es una Hillary Clinton. Su arribo a la casa blanca causa más terror en el sistema financiero, los inversionistas, el comercio mundial y las trasnacionales que en sus votantes, que lo eligieron ante el hartazgo de seguir sufriendo la desocupación, la pobreza y la falta de acceso a todo tipo de derechos sociales, algo que Hillary iba a seguir garantizando.

Pero al mismo tiempo una enorme vanguardia se volcó a las calles apenas 24 horas después de su triunfo y a casi 3 meses de su asunción como presidente. Decenas de miles en más de 30 ciudades le dan a conocer que su paso por la administración no será fácil, por el contrario, ya le avisan que puede ser un gobierno sin apoyo por arriba y con una gran movilización en contra por abajo. Clara situación en la que “los de arriba no pueden” y “los de abajo no quieren.

El presidente de la Comisión Europea, tal vez la máxima representación política del viejo continente, el luxemburgués Junker, dijo que  con el triunfo de Trump “vamos a perder dos años porque no sabe nada del mundo”. Es una visión optimista porque si Trump realmente lleva a cabo lo que prometió en campaña, para la economía mundial podría significar un retroceso impensable. ¿Acaso volverá atrás el acuerdo hecho con Irán para dar un impulso a la economía capitalista en esa región? ¿O el proceso de apertura con Cuba? ¿O salir del TTP? ¿O del TTIP con Europa? Ya bastantes dolores de cabeza trajeron el Brexit y la derrota del referéndum por la paz en Colombia pensado como un impulso a los agro-negocios en ese país para que Trump expulse inmigrantes, construya un muro y exija el regreso de las multinacionales yanquis que muy cómodas están explotando mano de obra barata en el mundo.


La crisis económica mundial ha hundido país tras país desde hace al menos 40 años. Si bien había síntomas importantes antes, desde el 2008 ha dicho presente en EEUU y su desarrollo social se ha ido profundizando a pesar de ciertos números macroeconómicos de relativa recuperación. Tal vez el temor de Trump y de quienes lo apoyan sea la de evitar lo peor en su propio país porque la movilización de la clase obrera yanqui, el movimiento negro, inmigrante, ecologista, etc ha comenzado a dar muestra de un poder del que no se pueden hacer los distraídos.

Tal vez Trump quiera desde un nacionalismo proteccionista levantar la economía yanqui, pero lo va a hacer a costa de la economía mundial, con más crisis y revoluciones en el mundo. Eso es lo que no comprende al no conocer la realidad mundial y no entender que está al frente del timón de esa economía. Tal vez retrase la próxima crisis en los EEUU que es lo que tanto teme pero el bumerang volverá tarde o temprano más pesado aun porque tampoco se puede construir el capitalismo en un solo país.

Ahora veremos que hará la sagaz Janet Yellen al frente de la FED – la reserva federal – porque en teoría es un ente autónomo con cierto margen de maniobra. Será una pulseada interesante. Pero más allá de esto, el problema es que el sistema mundial capitalista está agotado, no proporciona la tasa de ganancias que se necesita para un desarrollo sin crisis. Más temprano que tarde la sed de ganancias provocará otra burbuja o una crisis peor si el sistema se cierra sobre sí mismo. Esta última es la salida de Trump. Que lo haga un país del tercer mundo para no salir de los márgenes del sistema vaya y pase pero que lo haga la principal potencia mundial, es otra cosa.

Las opciones que tiene Trump por delante, aplicar su programa electoral o que lo convenza el establishment y no saque los pies del plato, no resuelven el problema de fondo, solo cambiaran las formas que tomará la próxima crisis. Aunque esas formas sean muy importante seguirlas para la política, la crisis solo se podrá resolver superando el sistema capitalista a nivel mundial poniendo la economía al servicio de las necesidades del género humano, dejando atrás el imperio de la necesidad y la arcaica lógica de la ganancia capitalista y abrirle la puerta al reino de la libertad y el Socialismo. La construcción de una organización internacional de los que queremos tirar abajo el sistema capitalista, de manera revolucionaria y democrática entre sus integrantes, con diferencias y matices, será fundamental para lograrlo.

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