Rusia: Todos los caminos conducen a Putin.

Economía Mundial (Parte VI)

Muchos lectores jóvenes no han sido contemporáneos de una de las conquistas más importante de la humanidad en su historia, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). La URSS nace de la Revolución Socialista que en octubre de 1917 le arrebata el poder a los capitalistas y lo puso al servicio, a través de organismos obreros, de soldados y campesinos (soviets), de las grandes masas trabajadoras del país. Con esto y a pesar de las penurias de la primera guerra mundial y la guerra civil y, hay que decirlo, a pesar de los dirigentes que la condujeron después de la muerte de Lenin, su principal líder, la población de Rusia y de las otras naciones que se adhirieron y que formaron la URSS, superaron el hambre, tuvieron un alto nivel de vida con atención sanitaria garantizada y un gran nivel educativo.


A los principales líderes de esa revolución jamás se les cruzo por la cabeza que con el triunfo de la revolución en Rusia la lucha por el Socialismo se reducía a una competencia entre países “socialistas” y países capitalistas. El todo seguía siendo una economía mundial dominada por el capitalismo imperialista y mientras sea así será imposible superarla en el terreno económico a pesar de que estén dadas todas las condiciones objetivas para hacerlo en todos los terrenos de la vida humana.


Después de inmensos esfuerzos y sacrificios para salir de los años de la guerra civil, la movilización revolucionaria de las masas, interna e internacional, retrocede haciendo que sectores ligados al aparato burocrático – su principal líder fue Stalin - se impusieran por su ubicación privilegiada e instauraran una dictadura burocrática reprimiendo a la oposición, cualquiera fuese ella, y viviendo de los privilegios materiales por ser administradores del estado. De un estado, no olvidemos, que se convirtió en la segunda potencia mundial, líder, por ejemplo, en la exploración del espacio, armamento, la física teórica etc.


Esta burocracia, vivía del estado, por este motivo, quería mantener la propiedad estatizada. Decir lo contrario es como decirle a un burócrata sindical que acabe con el sindicato cuando vive en el lujo de los aportes de los trabajadores y de los ingresos del estado a través de las obras sociales. Nadie mata la gallina de los huevos de oro, pero ésta puede morir de muerte natural. Y fue natural que “el socialismo en un solo país” muriera.


Siempre el enfrentamiento entre el imperialismo y la burocracia de la URSS fue ese, por los intereses materiales de la burocracia, no por el desarrollo de la movilización revolucionaria del movimiento de masas mundial, que obviamente y por otros motivos siguió luchando produciendo revoluciones y otros hitos históricos. Por eso la burocracia de la URSS veía dos peligros, uno del imperialismo por el lado del capitalismo y el otro el de la movilización independiente de las masas en el mundo, que objetivamente, favorecen la revolución socialista a nivel mundial y por esa vía ponían en peligro el poder de la propia burocracia. Parecido sucede con la burocracia sindical. Un ejemplo pequeño lo dio hace poco un burócrata sindical argentino, quien ante una lucha contra despidos encabezada por delegados de base comentó “Quinientas afiliaciones no le hacen nada al sindicato. Pero si no podemos conducir esa fábrica, el gremio mismo va a hacer lo posible para que se cierre”. En ese marco hay que ver los enfrentamientos entre la burocracia, en general, no solo de la URSS, y los representantes del capital, con los que muchas veces realizó pactos y acuerdos traicionando la movilización. Por esto también fracasaba la llamada “coexistencia pacífica con el imperialismo” y donde surgía una revolución, o la hundían (como primera opción) o la captaban.


Llegado a los años 80, la URSS no podía estar ausente a la crisis económica mundial que analizamos en el artículo Casi medio siglo de crisis crónica de la economía capitalista mundial y llegaba con una tecnología atrasada en relación a los principales países imperialistas. El imperialismo además tenía una política de ahogar la economía de la URSS sobre todo con la carrera armamentística. Obviamente, esto lo sufren los trabajadores, no la burocracia, y lo que comenzó con movilizaciones y revoluciones contra la burocracia en otros países como Hungría (56), Checoslovaquia (68), Polonia (80) se generalizaba y entraba en la URSS.

La crisis económica mundial golpea a la URSS

En esta situación económica mundial la URSS comenzaba a sentir los efectos de la crisis. La URSS y todos los otros países del llamado “Socialismo real”, siendo la tercera parte de la humanidad, mantenían sus fronteras nacionales por la nefasta teoría del socialismo en un solo país y no se unían en una federación para hacer desarrollar sus fuerzas productivas. La burocracia de cada país solo quería mantener la fuente de sus privilegios, es decir, su “propio” estado. Si ya las fronteras nacionales representan un freno dentro del propio sistema capitalista, sostenerlo en nombre del “Socialismo” era directamente reaccionario. Pero dentro de la URSS, que era una Unión de Repúblicas, esto también se expresaba en el problema de las nacionalidades, ya que la burocracia central del Kremlin ahogaba el derecho de autodeterminación de los ucranianos, los chechenos, los georgianos, etc. y era mantenida por la burocracia como quien sostiene pelotas de aire bajo el agua. Cuando estalló la crisis salieron a la superficie como sucedió en otros países como en la ex Yugoslavia. Por supuesto había otra infinidad de problemas causado por el régimen dictatorial que ejercía la burocracia que echaban nafta al fuego de la revolución política que se agazapaba contra ella.

Esa revolución, como toda revolución, comienza por el anhelo de las masas de dejar el desabastecimiento, el descenso de nivel de vida, la falta de libertades y de futuro pero también incluían el odio a los privilegios y la opresión, sea ella nacional o política. En este marco los revolucionarios tenían una tarea, desalojar a la burocracia del poder y volver a instaurar un régimen revolucionario, democrático, obrero e internacionalista dejando en pie las bases económicas, es decir, los medios de producción y la tierra en propiedad de toda la sociedad. El problema es que al estar híper maduras las condiciones objetivas para esa revolución, el factor subjetivo, la dirección y organización revolucionarias estaban ausentes, convirtiéndose por defecto en un factor objetivo que facilitó la restauración capitalista.

A pesar de esa ausencia la revolución política se llevó a cabo, cumplió su objetivo, que era derrotar políticamente al régimen estalinista. Lo hizo estallar en pedazos. Desde la caída del muro de Berlín, la movilización revolucionaria, no dejó títere con cabeza, y esto para el dictador rumano Nicolae Ceaușescu y consorte no fue una metáfora. En la URSS provocó un cataclismo histórico, un movimiento telúrico bajo los pies de la burocracia. La clase obrera comenzó a organizarse en sindicatos independientes, las huelgas era masivas y las libertades, antes enajenadas, ahora la tenían en sus manos la propia población. Fue una tremenda revolución que le dio un sentido al proceso histórico, pero que al mismo tiempo traía una fuerte contradicción ya que la misma, por falta de una dirección revolucionaria, abrió paso a la restauración capitalista y la perdida de las bases económicas del estado obrero. Es decir, el proceso histórico cumplió con la máxima contradicción de la época, un tremendo ascenso revolucionario mundial y una gran crisis de la dirección revolucionaria.

Pero en un sentido abrió las compuertas para resolverla ya que la crisis del estalinismo no se redujo a la URSS, “Esto significa que a escala mundial, la solidez de los aparatos que frenan, traicionan y desvían los movimientos revolucionarios de las masas, sean ellos socialdemócratas, partidos nacionalistas burgueses, burocráticos o estalinistas, se encuentra directamente relacionada con la solidez del estalinismo del Kremlin” Nahuel Moreno, Tesis sobre el Frente Único Revolucionario o Tesis de Leeds, 1958. Esas mismas tesis, enunciaban que “La crisis de los aparatos tradicionales (…) va a tener en un primer momento una dinámica más rápida que la superación de la crisis de dirección obrera revolucionaria” Ídem.

Antes de que estallara la crisis, las burocracias dirigentes de estados obreros se la veían venir y por eso tuvieron una política de abrir estos países a la penetración del capital imperialista otorgando algunas pequeñas libertades. Eso fue la perestroika y la Glasnot de Gorbachov en Rusia y la apertura de la burocracia de Deng Xiaoping en China. Pero aquí hay que notar una diferencia específica fundamental. Mientras en China se impuso a sangre y fuego la restauración capitalista, en la URSS, el plan de la burocracia fue derrotado. ¿Qué significa? Si al fin de cuentas el capitalismo ingresó en ambos países igual. ¿Igual? No. En China el dominio del estado, base material de la burocracia sigue en manos del Partido Comunista Chino, su bandera sigue siendo roja con estrellitas. Controlan toda la vida política, social y económica. El capital entró según los planes de ésta burocracia y según sus condiciones, si bien éstas están supeditadas a la situación de la economía mundial, sigue siendo la burocracia del PC Chino quien maneja las inversiones hacia China como las inversiones chinas en el exterior. Es decir, en China, un sector se convierte en burgués, multimillonario por cierto, y otro sector, también multimillonario, controla todo desde el estado. En esta división de tareas hay una supeditación de los primeros a los segundos. Cuánto durará no se sabe, pero es así. En Rusia, el PCUS estalló (en 1993 se “refundó” el PC de la Federación Rusa), la bandera cambió, los burócratas se reacomodaron en otros partidos políticos, es decir fueron derrotados políticamente, aunque muchos de ellos todavía estén el poder. Aun así, en Rusia, la restauración siguió un curso, anárquico, pero restauracionista al fin. Lo que hubo en común en ambos casos fue la falta de dirección socialista revolucionaria.

Rusia, después de la revolución política, tuvo una crisis económica fenomenal. Se dio eso que pronosticaba Trotsky en “La Revolución Traicionada” cuando decía que “La caída de la dictadura burocrática actual, sin que fuera reemplazada por un nuevo poder socialista, anunciaría, también, el regreso al sistema capitalista con una baja catastrófica de la economía y la cultura”.

La URSS se convirtió en la Comunidad de Estados Independientes (CEI), muchos de los países que la componían de independizaron como Letonia, Estonia, Lituania, que junto a los países de Europa del Este, al ser burocracias más débiles, se abrigaron bajo la falda de la vieja e hipócrita Europa, otros siguieron atados a Rusia y en donde surgieron procesos de independencia nacional, fueron aplastados como Georgia o Chechenia. Quedaron Armenia, Bielorrusia, Kazajstán, Tayikistán, Uzbekistán, Kirguistán y Rusia. Entre 1993 y 1996 Azerbaiyán, Georgia y Moldavia también se unieron. Ucrania accedió a unirse en 1999.

La economía de la Rusia actual

El capital entró por donde pudo, sobre todo en el sector de servicios. El FMI, el Banco Mundial aconsejaron privatizar todo lo posible. La pequeña empresa, los comercios y los servicios estuvieron en manos privadas en poco tiempo. Se dice que fue el proceso privatizador más grande de la historia. Pueden ver un listado de las empresas extranjeras en Rusia en este sitio http://es.transnationale.org/paises/rusp.php

El crecimiento del PBI desde el año 90 fue el siguiente:
Solo desde el año 2000 dejo de retroceder. En el año 2009, como todo el mundo, siguió la suerte de la económica mundial. Producto de las privatizaciones y la explotación de los trabajadores, que salían de una crisis brutal (en 1993 la inflación fue del 875% anual), los servicios comenzaron a subir en su participación en la economía con un mínimo de 32.97 % del PIB en 1989 y un máximo de 61.67 % del PIB en 2009. Al mismo tiempo la Industria, base de la vieja economía soviética pasó de un máximo de 50.22 % del PIB en 1989 a un mínimo de 32.57 % del PIB en 2003. La deuda del gobierno (interna y extranjera) es del 9,44% del PBI en 2012 y la deuda externa representa un 31,14% del PBI en 2011 (Fuente: Banco Mundial).

Un ejemplo de las empresas de Servicios es Magnit, fundada en 1994 y que está ubicada en Krasnodar y opera a través de más de 2.400 supermercados e hipermercados en 760 ciudades de Rusia; La empresa cuenta con más de 58.000 trabajadores. En la actualidad tienen 11 centros de distribución propios que procesan alrededor del 79% de la facturación de la compañía.

Sin embargo, a pesar de la pléyade de empresas de servicios y comercios en manos privadas, las empresas “que mueven el amperímetro” siguen siendo las empresas del área energética y otras. En su desbandada la burocracia perdió el estado obrero como fuente de sus privilegios pero en su retroceso se refugió en las principales empresas estatales para seguir manejándolas y sacar provecho como antes lo hicieron con el Estado. Son los reductos en donde se sostiene la gran parte de la vieja burocracia como “neo-burguesia”. Fijémonos en las principales empresas de Rusia hoy.

La Putinklatura
La más importante en ganancias y beneficios netos es Gazprom. Sus accionistas son el Estado que controla el 50 % de las acciones; la Agencia Federal para la Administración de Bienes Estatales que controla el 38,4 %; la compañía estatal Rosneftegaz, controla el 10,7 % y la compañía estatal de gasificación y explotación de la industria gasera Rosgazifikazia, posee el 0,9 %. El primer CEO de Gasprom fue Rem Viakhirev  quien entre 1983-1985 fue Ministro de la Industria del Gas de la USSR, y Presidente de la compañia "Tyumen Gazprom". Alexei Miller, el actual presidente, es un aliado de años de Putin.

A Gazprom la sigue Lukoil que es la mayor compañía petrolera privada de Rusia. Su presidente, Vaguit Alekpérov, posee el 20,6 % de las acciones. En 1990, Alekperov fue nombrado Ministro Diputado de la Industria de Gas y Petróleo de la USSR y se convirtió en el más joven en ese cargo en la historia soviética.

Rosneft es la tercera empresa y el líder de la industria petrolera de Rusia y una de las mayores compañías petroleras y gaseras públicas de todo el mundo. Su presidente Igor Sechin, fue un hombre clave de la Unión Soviética en el contrabando de armas de gran parte de América Latina y el Medio Oriente.

Surgutneftegaz es una empresa rusa productora de gas natural y petróleo. Fue creada en 1993 mediante la fusión de varias compañías estatales en posesión de importantes reservas de petróleo y gas natural en Siberia Occidental. La compañía tiene estrechos lazos con el Kremlin bajo Vladímir Putin. Su Presidente, Vladimir Bogdanov ocupó en 1978-1980 posiciones de liderazgo en Yuganskneftegaz. Desde 1984 ha sido el Director General de Surgutneftegaz, la cual se privatizó en 1993.

AvtoVaz es el mayor fabricante ruso de automóviles. Ígor Komarov hombre de Putin fue su Presidente y ahora lo es de la Russian Federal Space Agency.

Severstal es el principal productor de acero de Rusia y el decimotercero a nivel mundial. Alexey Mordashov, hombre de Putin - ¡faltaba más! - trabajó para Severstal desde 1988. A finales de 2013 el  Alexey Mordashov, junto con el amigo de Putin, Yuri Kovalchuk, compró el 50% de las acciones de Tele2 Rusia, el cuarto mayor operador celular del país.

En el sector bancario Sberbank es uno de los mayores bancos de Rusia y Europa del Este. Su mayor accionista es el Banco Central de la Federación de Rusia que controla el 60,25 % de las acciones. Le sigue el VTB Bank. Su presidente, Andrey Kostin, fue durante 1979-1982 el consulado General de la USSR en Australia y en 1985-1990 en la embajada de la USSR en Gran Bretaña. Su principal accionista es el Gobierno de la Federación de Rusia con una participación del 77,5 %.

Porque esa burguesía restauracionista no será la vieja burguesía, sino la amplia mayoría de los tecnócratas, la burocracia, la aristocracia obrera y koljoziana. Estos sectores aspirantes a burgueses plantearan, muy posiblemente, que las fabricas dejen de ser del ‘estado totalitario’ y que ‘pasen a manos de los obreros’ como propiedad de cooperativas de trabajadores. Lo mismo que las cooperativas agrícolas. El ataque restauracionista será contra la propiedad, por parte del estado, de la industria, la tierra y el control estatal del comercio exterior y el plan quinquenal” Nahuel Moreno, La Dictadura Revolucionaria del Proletariado. Es la nueva oligarquía rusa, heredera de la burocracia estalinista que se sentó arriba de sectores de la economía ligadas indudablemente a lo más importante de los medios de producción soviéticos y bajo la atenta mirada de Don Vladimiro.

El Estado.

Habría que hacer una caracterización del nuevo estado que surge luego de la revolución política. Dentro de los estados capitalistas tradicionales, la única definición es la del Estado Burgués, el sector de clase imperante es burgués y las relaciones de producción son burguesas, capitalistas. En Rusia, como en China, las relaciones obrero-patrón son relaciones de producción capitalistas (bajo el estado obrero había cierta explotación a través del comercio exterior – a través de la cual la burocracia se comportaba como agente del imperialismo - sin embargo el país de conjunto había eliminado la burguesía y la economía estaba completamente nacionalizada, la propiedad era colectiva) y existen nuevos sectores burgueses provenientes de la burocracia. De todos modos, no son una burguesía común y corriente. En tiempos de la URSS, siempre se sometía al imperialismo cuando había crisis económica y su relación dependía básicamente de si era atacada o no su fuente de privilegios. Ahora conocemos un nuevo estado capitalista dirigido por la vieja burocracia, y sus herederos del viejo Estado Obrero Degenerado (Rusia) o Burocratizado (China, etc.) que defiende a los capitalistas por un lado - pero fundamentalmente a sí misma - y oprime a los obreros. Este estado refleja a un nuevo sector burocrático burgués basado en el control de los medios de producción bajo la “Putinklatura”. Tal vez deberíamos denominarlo Estado Burocrático Burgués. Al Estado Chino podríamos denominarlo así también teniendo en cuenta las diferencias específicas, porque a nivel del régimen, las libertades arrancadas en Rusia son una conquista del movimiento de masas. En cambio, en China, recién está comenzando una nueva etapa en la lucha de clases (ver China: Un Gigante Obrero que se levanta).

Esta definición de Estado Burocrático Burgués nos sirve para entender que no tiene los mismos orígenes ni intereses que el imperialismo en el mundo y por lo tanto pueden chocar con aquel en cualquier momento. Este es el caso de la crisis ucraniana o del rol de Rusia en Siria. Rusia es un país penetrado por el imperialismo pero es un país independiente que en su zona de influencia se comporta como un sub-imperialismo. Lo mismo podemos decir de China, pero que tiene mucha mayor capacidad para exportar capitales que Rusia. Y ambos tienen poderosas fuerzas armadas. En fin, tanto los imperialistas como estos burócratas neo-burgueses son, parafraseando a Lenin, son los bandidos del siglo XXI.

Los partidos Políticos.

El principal partido es Rusia Unida y refleja el sector burocrático que controla el nuevo estado capitalista ruso. Después de la crisis y de que se hayan librado importantes disputas interburocráticas y se reacomodaran todos, surge Rusia Unida, producto de la fusión de grupos parlamentarios allá por el 2001. Es el partido de Putin y el que ejerce el gobierno.

El otro partido importante, es el Partido Comunista de la Federación Rusa (PCFR). En las elecciones a presidente del 2012 sacó el 17% de los votos detrás de Rusia Unida con el casi 64%. Como Rusia Unida, proclama el patriotismo ruso, que el caso de este PC es “marxista-leninista” y reivindica al gobierno de Stalin. Son las viudas del antiguo régimen que ante la explotación y la crisis capitalista, llegan a canalizar un sector de la población. Luego hay otros partidos como el independiente del multimillonario Prójorov que sacó el 8%, el Liberal Demócrata, de derecha, que sacó el 6,22% y Rusia Justa, un partido centro izquierdista que en el 2008 apoyó al candidato de Rusia Unida y lo apoya en varias medidas y en las últimas elecciones sacó el 3,86%.

Las luchas obreras.

Después de la crisis del 2009, la economía no para de enfriarse, llegando a un mísero 1,32% de crecimiento del PBI en 2013. El FMI dice que para este año será sólo de 0,2%. La fuga de capitales para los tres primeros meses de 2014 suman casi la misma cantidad que las registradas en todo 2013 (59.700 millones de dólares), lo cual demuestra su debilidad ante el capital financiero. Esta situación incentivan las huelgas que comenzaron a crecer.


Obreras del Grupo Español Antolin de San Petersburgo luego del triunfo de su huelga en Octubre de 2013
Básicamente son luchas salariales como la que llevaron el año pasado los obreros del Sindicato Interregional de Trabajadores del Sector Automotriz (ITUA) a principios de Setiembre en el marco de la reunión del G20 de San Petersburgo o la de este año de los trabajadores de la planta de níquel Buruktal que salieron a luchar por el convenio colectivo o la lucha contra los 700 despidos de la planta la fábrica de Ford Sollers en Vsevolozhsk. En esta fábrica la patronal “dio a conocer planes de paralización total de la producción durante dos meses desde el 7 de abril; luego, a partir de septiembre, el trabajo se organizará en un solo turno. Sitio Industriall. Según una investigación del Centro de Derechos Sociales y Laborales (CSLR), titulada "Protestas laborales en Rusia, 2008-2013", “la situación de la segunda mitad de 2013 fue premonitora inevitable de una crisis económica que se veía venir. El nivel de producción no subió, se debilitó la moneda, y mucha gente se refería al posible aumento del desempleo. La investigación dice que las causas más importantes de las protestas eran la "política de los empresarios" y "el hecho de que la administración de las empresas se negara a entablar negociaciones".”.

No por nada en este 1° de Mayo de 2014 salieron a la calle 2,5 millones de personas que salieron a celebrar en distintas ciudades de Rusia el día internacional de los trabajadores. Si bien fueron conducidas por el sindicato oficial no deja de ser un síntoma de lo que puede pasar por la cabeza de millones de trabajadores. Y también explica por qué el PCFR ha crecido en su influencia política. La “política de los empresarios” puede acabar con la paciencia de la clase obrera y despertar otro gigante. En ese camino se probaran nuevos dirigentes que tendrán que superar y reverdecer la gesta de aquella clase obrera que hizo la Revolución de Octubre y tiró al régimen del PCUS. La peor crisis económica capitalista de la historia echa leña al fuego para otra crisis de las direcciones políticas y sindicales rusas y de la región.

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